Blanca Treviño. CEO de Softtek.

La historia de Blanca Treviño está llena de retos. Conozcamos un poco más sobre quién es ella, la problemática que ha enfrentado y su opinión respecto a la industria de software.

Software Guru.- ¿Quien es Blanca Treviño?
Blanca Treviño.- Soy regia, puedes empezar por ahí. Soy orgullosa madre de dos niñas, una adolescente y otra de once años. Casada, como una señora casi normal.

¿Qué te motiva?
Para mí el reto es una constante, y es algo que viene de familia. Mi mamá estudió una carrera ya teniendo seis hijos. Mi papá nunca me permitió ponerme límites. Cuando escogí mi carrera, estaba interesada en estudiar sistemas, pero me dio miedo y me apunté en mercadotecnia. Él me dijo que no me podía salir, que aceptaba que pudiera tener una hija tonta pero no miedosa. Así que para mí el reto siempre ha sido algo muy fuerte y continuo. No digo que deba ser profesional, sino que debes sentirte continuamente en exigencia de mejorar, de aprender. Mis dos niñas también son un gran motor para mí. Cuando tienes hijos se te vuelve un compromiso el transmitirles esa búsqueda constante de retos.

Eres una mujer que dirige una empresa de 100 millones de dólares, ¿eso pasa por tu cabeza o no le das importancia?
El hecho de que sea una mujer sí me hace muy consciente de tener el privilegio de estar en una empresa que me permita desarrollarme y estar aquí. Lo reconozco como un privilegio, pero no lo subo mucho a la cabeza, no en el contexto de limitarme.

¿Sientes que el camino para las mujeres es más difícil?
Reconozco que es complicado conforme van subiendo. Cuando trabajas en una oficina convencional, haces un compromiso de estar de 9 a 6, y ahí termina. Pero conforme creces profesionalmente, ya no se traduce en un horario sino en compromiso. A la mejor vas a poder estar a las 9 en tu casa, pero no vas a poder estar el día de los premios del colegio. En las mujeres esto puede provocar que te cuestiones si ese compromiso no se contrapone con tu compromiso de mamá y de esposa. Debes tener un driver muy fuerte para decir “lo hago, y hay un sentido para hacerlo”, y traducirlo en términos de tus hijos, porque no puede ser meramente un desarrollo que te alimente a ti, sino un desarrollo que se traduzca en retos para la familia. Además, cuando encuentras estas respuestas, se lo logras transmitir a tus hijos para que ellos lo entiendan.

¿Qué tan difícil es crecer profesionalmente en esta industria?
Yo creo que más bien depende de la empresa. Si tú te gradúas de esta carrera y te metes al área de sistemas de una empresa tradicional, va a ser difícil poder crecer. En cambio, si te metes a una empresa dedicada a TI, eso te da muchas opciones de crecimiento. Creo que las oportunidades de crecimiento van más de la mano de la empresa que de la industria.

Cuéntanos sobre Softtek, ¿cuál es su alcance y presencia actual?
Actualmente Softtek tiene cerca de 2,700 empleados y presencia en diez países. Somos la empresa privada de TI más grande con presencia regional en Latinoamérica.

¿Qué implica el hecho de ser una empresa privada?
Ser una empresa privada tiene la connotacion positiva de decir “es mío y lo voy a hacer y no me voy a poner límites”, pero también tiene limitaciones. No tener atrás un socio capitalista hace que al momento de llegar ciertas circunstancias, atravieses dificultades que otras empresas no. Es poco común que una empresa llegue a este tamaño sin un capital detrás. Pero yo estoy segura que hoy no tendríamos el alcance que tenemos si tuviéramos un socio capitalista. El dinero nos hubiera ayudado mucho para hacer frente a problemas financieros, pero no hubiéramos llegado a esto.

¿Cuál es tu mayor orgullo en Softtek?
A mi todas las épocas de Softtek me han dado orgullo, pero donde más orgullosa me he sentido es donde hemos podido demostrar que nos sabemos levantar. Así como Softtek es muy conocido, también es bien sabido que tuvimos años muy difíciles. 1999 y 2000 fueron años muy duros, y el impacto de ellos se reflejó en 2001 y 2002. Que la empresa sea nuestra ha demostrado que en las crisis Softtek sabe salir adelante. El proceso fue muy duro, nos ayudó mucha gente y afectamos a algunos otros ya que no teníamos atrás un socio capitalista que nos respaldara. Otras empresas cerraron sus puertas porque el negocio ya no daba y su socio capitalista ya no estaba dispuesto a perder dinero. En nuestro caso eso no era una posibilidad. Yo creo que una empresa que nunca ha vivido una crisis no puede sentirse del todo orgullosa.

¿Cuáles son las razones para penetrar el mercado norteamericano de software?
Nuestro principal motivo fue para soportar las crisis económicas que se daban cada sexenio en México. No te voy a negar que otro factor importante fue el simple gusto de decir “sí podemos”. Un beneficio que inicialmente no contemplamos, es todo lo que hemos aprendido y nos hemos desarrollado. El grado de exigencia del mercado norteamericano te obliga a elevar tu nivel de calidad.

¿Consideras que el interés de las empresas nacionales por incursionar en el mercado norteamericano provoque que se descuide el mercado local?
No lo veo así. Al contrario, el que las empresas busquen internacionalizarse hace que se desarrollen, mejorando su oferta y calidad, y eso beneficia al mercado interno.

¿Cuál es la principal dificultad que encuentran para vender en Estados Unidos?
Nuestro principal reto es lograr que los clientes vean a México como un jugador en esta industria. Los clientes primero escogen el país al que van a enviar trabajo, y ya después escogen proveedores dentro de ese país. El mercado le apuesta a un país, porque con el país vienen una serie de factores como distancia, horario, estabilidad, etc. Cuando se hacen las evaluaciones, el principal punto débil de México es la poca cantidad de proveedores. Softtek puede ser una buena opción, pero una empresa no hace una industria. ¿Qué opinas sobre la industria mexicana de software en términos de colaboración? Afortunadamente cada vez somos más los que nos damos cuenta de que para tener éxito a largo plazo, debemos colaborar. En nuestro caso, tenemos un programa de apoyo a PyMEs desarrolladoras de software, en el que las integramos en proyectos y las capacitamos para que se desarrollen. Al principio las empresas desconfían y piensan “algo ha de traer Softtek”, pero lo que pasa es que necesitamos desarrollar la industria nacional para poder vender en el extranjero. En sí, creo que la colaboración en esta industria ha mejorado bastante en los últimos años. Las asociaciones juegan un papel importante, y el gobierno también ha ido propiciando un ambiente adecuado a través de ProSoft.

¿Crees que en México se deberían dar apoyos gubernamentales a esta industria?
Sí. Creo que lo más importante son apoyos financieros para sustentar el flujo de efectivo. Lo que pasa es que en esta industria, tú comienzas un proyecto y al mes de estar trabajando empiezas a facturar, y luego de ahí pasan sesenta días para que recibas tu pago. Entonces necesitas ver de dónde sacas dinero para pagarle a la gente durante esas seis quincenas. Para las empresas de esta industria es difícil obtener financiamiento por me-dios tradicionales, ya que no contamos con muchos activos que nos respalden, sino que al ser una industria intensiva en conocimiento los principales activos son intangibles.

El siguiente rubro tiene que ver con la promoción del país. Con esto me refiero a posicionar a México como un jugador en la industria mundial. Adicionalmente hay otras cosas que se pueden lograr si se tiene más en mente a esta industria. Por ejemplo, el año pasado Aeroméxico cerró un trato para comprar muchísimos aviones a Boeing. ¿No crees que se hubiera podido acordar algo de reciprocidad para que enviaran algo de trabajo a México?

¿Qué mensaje le dejas a nuestros lectores?
Están en un sector con enormes oportunidades, lo cual implica un gran reto y compromiso. No necesitan irse al extranjero a buscar trabajos de alto nivel. Desde aquí pueden atraer oportunidades de desarrollo no sólo para ustedes sino para muchos otros. Todo esto no se da por sí solo, hay que cultivarlo y debemos hacerle frente a este reto.