La tecnología ha impulsado de manera acelerada la transformación y digitalización de todas las industrias; pero si hablamos específicamente del sector financiero, la digitalización ha pasado de ser una opción a una necesidad. Pero, este cambio al modelo de negocio también ha traído consigo otro gran desafío: el fraude digital. En 2019, las reclamaciones por fraude ante la CONDUSEF representaban el 13% de las quejas, para 2021 hubo un aumento de 20 puntos porcentuales llegando a significar el 33% de las reclamaciones. Los delincuentes aprovechan cualquier oportunidad disponible para cometer fraude, este delito se puede llevar a cabo de muchas formas y en cualquier momento. Por eso, debemos estar muy alertas en todo el trayecto vida del cliente (desde la adquisición, conversión, crecimiento, retención hasta la reactivación). Monitorear constantemente los datos del cliente es fundamental para detectar cualquier anomalía y así prevenir y mitigar el fraude a tiempo.