Desarrollar software es principalmente una actividad social. Más allá de paradigmas y procesos, hemos encontrado que son esas relaciones entre programadores, testers, líderes, analistas, gente de negocio, clientes, etcétera, las que hacen que además de entregar valor a nuestros clientes, también nos dé satisfacción y crecimiento personal, pues somos sus creadores.

Aseguramos que si nos ven (y vemos al otro) como un recurso que ajustar en la línea de producción, seguiremos sufriendo de horas extras, retrasos, mala calidad en el desarrollo, aumento de nuestra deuda técnica, pérdida de competitividad. Si la base somos nosotros, las personas, ¿qué prácticas y esquemas mentales podemos promover? ¿cómo debe ser el compromiso hacia la calidad y la excelencia?

Para que las empresas en las que trabajamos sean competitivas y permanentes, para que sean un espacio vital de crecimiento interior y satisfacción personal, ¿qué es necesario? Más que tener la “bala de plata” que mate al hombre-lobo, en esta conferencia se revisarán los factores que nos harán llegar más lejos.