En cualquier profesión, sin importar el tipo de industria a la que pertenece, se deben establecer modelos y metodologías de trabajo para medir la eficiencia y productividad de cada actividad. Quizá estos métodos son empíricos, quizá son profundamente estructurados, hay incluso normas de certificación y todo un campo de especialidad en esto.
En el giro del desarrollo de software los principios aplican a la perfección. En México, de hecho, volverse administrador de proyectos es la evolución del programador, aunque podría diferir de esta idea, pero eso es tema para otro artículo. Lo que nos interesa aquí es que para que un administrador de proyectos y un equipo de programadores puedan coordinarse y mantener una armonía en todo su proyecto es necesario implementar reglas de negocio.
Debido a la necesidad expuesta no es ninguna sorpresa que existan muchas maneras de cómo integrar las actividades de ambos roles por medio de metodologías y al igual que el ritmo de la industria tecnológica, éstas han evolucionado de manera vertiginosa y es así como podemos encontrar las metodologías ágiles con muchas técnicas y hasta herramientas de implementación.
Al inicio todo era desarrollo en cascada, una pila de actividades, no iniciaba una si la otra no estaba completada, una producción lineal que quizá en la industria automotriz se ha probado como la mejor opción, pero aquí era un desperdicio de tiempo y recursos enorme. Entonces es cuando las cosas fueron tomadas mejor en cuenta y se dio una ola de metodologías que peleaban por ser la mejor para implementar.
Hoy gracias a eso tenemos una variedad enorme de opciones para escoger y cada una se acopla a la perfección a las necesidades de cada empresa. Lo que ahora sucede es que justamente esa misma oferta ha hecho que los usuarios no pueden decidir cuál camino tomar y quizá ni siquiera implementen las prácticas de la mejor manera posible. Es aquí cuando comienza a nacer un nuevo término y que ahora está muy de moda: DevOps.
DevOps es el atractivo acrónimo de Development & Operations y no solo trata de los dos elementos que mencioné, sino que incluye en la fórmula a los expertos en infraestructura, una especialidad que a mi particular opinión ha sido ampliamente subestimada en los sectores público y privado por igual.
Hablar de DevOps es hablar acerca de unificar especialidades y de esta manera lograr productos excepcionales y con esto el trabajo entre las diferentes disciplinas de manera aislada simplemente es cosa del pasado pues, aunque las especialidades son indispensables ahora no es concebible que alguien conozca solo de una parte de la ecuación, los roles de cada quien ahora se entrelazan y hacen que quienes programan ahora aprendan de infraestructura, los de infraestructura a gestionar proyectos y los administradores de proyectos aprendan a programar (o en el mejor de los casos, retomen esta práctica). Una convergencia que a todos beneficia sin lugar a dudas.
Esta nueva práctica ha demostrado obtener un resultado que nadie había considerado, una velocidad de entregas inmejorable, cada vez los clientes del software esperan depuraciones, correcciones, actualizaciones o cualquier mejora de manera más veloz. Esta tendencia permite hacer mucho que otras no hacían de manera aislada y lo más importante de todo es que justamente lo hace tomando lo mejor de cada una de estas prácticas. Y ahora, justo cuando menciono esto es cuando puedo aprovechar el hecho de que las prácticas de DevOps no son nada nuevo, muchos de sus elementos no tienen nada de innovador, pero al fin ha sido tomado como tendencia y al igual que sucedió con el cómputo en la nube y con el internet de las cosas, el haber sido conceptualizado y tener un nombre bajo el cual unificarse es de suma importancia para que crezca y se consolide para beneficio de todos los que la adoptan y para beneficio de la industria del software en general.
Si deseas conocer más acerca del tema y quieres ver cómo poder implementar esta práctica en tu empresa te recomiendo ver este video: http://aka.ms/g1sroq
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