He escuchado decir que las herramientas de desarrollo de software han cambiado el rol del programador. Incluso he escuchado argumentos publicitarios con respecto a que los programadores son una especie en extinción. La verdad, yo difiero mucho de estas ideas. El papel del programador, y más en general, el del programador analista, no ha cambiado mucho desde la invención de las máquinas de Von Neumman: el programador analiza un problema, plantea una solución computacional y codifica un algoritmo en el lenguaje de su elección. Ningún algoritmo no trivial está exento de este proceso de análisis y diseño. Así como tampoco está exento del debido proceso de verificación y validación, en el que de nuevo el programador juega un importante papel.
Como verán, el rol del programador está vivo y coleando: estos algoritmos deben ser necesariamente codificados por un ser humano, línea por línea. Entonces, ¿cuáles son los beneficios que las herramientas de desarrollo le dan al programador? Estos son muchos también:
• Facilitan la realización de tareas rutinarias, como generar la conexión al servidor de base de datos, o realizar la apertura de un puerto de HTTP.
• Simplifican las tareas tediosas, tales como el formateo de pantallas y reportes.
• Automatizan el trabajo repetitivo, como la ejecución de baterías de casos de prueba.
• Permiten integrar los diferentes procesos del ciclo de vida de desarrollo de software, con herramientas que, por ejemplo, integran la documentación de casos de uso de un sistema con la creación de las clases que surgen de su diseño.
• Facilitan procesos de alta complejidad para el equipo de desarrollo. Un ejemplo claro es el control de configuraciones de software, una tarea verdaderamente titánica sin una herramienta automatizada.
Es cierto que aprender a usar estos ambientes requiere de un esfuerzo mayor que los antiguos compiladores (he pasado varias semanas comprendiendo Visual Studio Team System y Rational Architect, y todavía me falta), pero el beneficio a corto plazo para el equipo de programación con una herramienta correctamente utilizada, resulta evidente.
He terminado mi código, mi portal está completo. Y mi libro de ASP está sobre la mesa. Debo de aprenderlo. Después de todo, hay programación para rato.
Acaerca del autor
Dr. Raul A. Trejo es profesor investigador del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, campus Estado de México. Aunque su área de especialidad es la inteligencia artificial, siempre ha sido un apasionado de la Ingeniería de Software y de la programación en particular. Ha programado en Basic, Pascal, C y sus derivados, pasando por lenguajes más esotéricos como Lisp, Scheme y Prolog, antes de dejarse convencer por la programación orientada a objetos. ASP y C# están en su mira.
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