Educación en la economía del conocimiento. Modelos y tendencias.

En tiempos como los nuestros, las reglas del juego han cambiado radicalmente con respecto al pasado cercano y lo único constante es el cambio. Cada vez más, la influencia de los mercados toma una vertiginosa importancia en el bienestar de una nación entera dentro del ambiente globalizado que nos envuelve.

Las naciones latinoamericanas en particular, han mantenido un esquema de competencia basado en mano de obra barata y abundancia de recursos naturales. Las consecuencias ya se han hecho sentir con gran impacto. La razón es muy sencilla, los recursos naturales son agotables y muy susceptibles a cambios de precio en el mercado mundial. Por otro lado, la mano de obra latinoamericana ya no se puede clasificar entre la más barata del mundo, aunque es lógico reconocer que hay grandes diferencias entre los países que constituyen este bloque. Los mercados internacionales demandan ahora que las empresas sean ágiles, basando su competitividad en su capacidad de determinar lo que ocurre en su ambiente y adaptarse al cambio de manera flexible y oportuna. Es así como se requiere que las empresas basen sus estrategias en la innovación y en la administración del conocimiento.

Muchas naciones consideradas como economías emergentes han reconocido esta necesidad y generado estrategias nacionales que les permitan enfocarse a nichos específicos de competitividad basada en el capital intelectual. ¿A qué podemos adjudicar el gran éxito que han tenido estas iniciativas? Un factor común en ellas es el alto grado de articulación entre los sectores educativo, empresarial y gubernamental. Cada uno de estos sectores tiene muy claro su papel dentro de la estrategia nacional de desarrollo. En todos los casos se ha apostado muy fuertemente a la educación como base de producción del capital intelectual requerido para este tipo de iniciativas.

En el ramo de las tecnologías de información y electrónica, a través de los años se han diferenciado muchos perfiles de acción de esta profesión. Sin embargo la relación entre ellas cada vez se hace más patente en cualquier campo profesional. Peter J. Denning, de la Universidad George Mason, hizo un análisis muy detallado de la necesidad que tienen los profesionistas en el corazón de la computación, como son los dedicados a las ciencias computacionales y la ingeniería de software, de relacionarse con otras disciplinas para poder ofrecer soluciones de calidad aplicables en la vida diaria.

Perfiles Internacionales
Muchas organizaciones en el mundo han realizado un gran esfuerzo por definir los parámetros mínimos que deben cumplir los perfiles profesionales en esta industria. Tal es el caso de la Association for Computer Machinery (ACM), la Association for Information Systems (AIS), el Institute for Electrical and Electronic Engineers (IEEE) y el modelo europeo de Career Space.

La orientación norteamericana, basada en los modelos producidos por los primeros tres organismos mencionados, identifica cinco perfiles profesionales, variando de la visión más física de la tecnología, hasta la visión más organizacional. Dichos modelos son:
1. Ingeniería Computacional.– Orientada al funcionamiento y diseño de sistemas electrónicos computacionales, es decir al desarrollo y manejo óptimo de hardware.
2. Ciencias Computacionales.– Con una orientación científica matemática para la construcción y administración de software de base, que permita el funcionamiento óptimo del equipo y sus periféricos. Además, es el indicado para la producción de nuevo conocimiento en las áreas de inteligencia artificial, visualización y gráficas y otras áreas de corte matemático y científico.
3. Ingeniería de Software.– Especializado en la construcción de software de alto nivel de aplicación general o específica, orientado al usuario final.
4. Tecnología de Información.– Responsable de la planeación de capacidades e implantación de una infraestructura tecnológica confiable y robusta. Tiene sólidas bases teóricas de la arquitectura tecnológica y bases administrativas para su optimización.
5. Sistemas de Información.– Orientación a la estrategia tecnológica como fundamento de la estrategia competitiva de las organizaciones. Tiene sólidas bases administrativas y conocimiento aplicativo de las tecnologías.

Cabe señalar que la construcción de los perfiles de ACM/IEEE/AIS obedece a la visión primariamente académica de los integrantes de estas asociaciones. Sin embargo, existe un componente importante de la industria.

A diferencia de la visión norteamericana, los perfiles europeos de Career Space no definen profesiones como tales, sino puestos necesarios en las organizaciones y basan su composición en las opiniones de este consorcio de empresas de alta tecnología, donde se encuentran representados los más importantes proveedores de tecnologías de información en sus diferentes ramos. Career Space define 18 perfiles de puesto, clasificados dentro de cuatro grupos principales. La composición de los perfiles europeos es como se indica a continuación:
1. Telecomunicaciones
a. Ingeniería de radiofrecuencia
b. Diseño digital
c. Ingeniería de comunicación de datos
d. Diseño de aplicaciones para el procesamiento digital de señales
e. Diseño de redes de comunicación

2. Productos y sistemas
f. Diseño del producto
g.Ingeniería de integración,
implantación y pruebas
h. Especialista en sistemas
3. Software y servicios
i. Desarrollo de software y aplicaciones
j. Arquitectura y diseño de software
k. Diseño de multimedia
l. Consultoría de empresas de TI
m. Asistencia técnica
4. Intersectoriales
n. Dirección de marketing de TI
o. Dirección de proyectos de TI
p. Desarrrollo de investigación y tecnología
q. Dirección de TI
r. Dirección de ventas de TI

La descripción de estos perfiles es muy completa, incluyendo el perfil del aspirante a los puestos, así como su actividad profesional y su posible ruta de desarrollo en las empresas. A diferencia de los perfiles norteamericanos, no es importante la carrera cursada, sino las competencias que se requieren para una inserción laboral y un desarrollo profesional satisfactorios, desde una perspectiva principalmente originada en la industria.

Perfiles en México
En nuestro país, el principal responsable de la definición de perfiles profesionales es la Asociación Nacional de Instituciones de Educación en Informática (ANIEI), que agrupa a cientos de instituciones de educación media superior, técnica superior, universitaria y superior. Los perfiles de ANIEI muestran cierto grado de correspondencia con los de la visión norteamericana. Sin embargo, tiene contempladas las necesidades de la industria por medio de la definición de perfiles paracurriculares que giran alrededor de los académicos y sugieren la formación de competencias específicas que demanda la industria. Con esta estrategia, se busca disminuir el tiempo y dinero que invierten las organizaciones para convertir a los egresados de las universidades en profesionistas productivos dentro de las mismas. Los perfiles definidos por la ANIEI son los siguientes:
1. Informática
2. Ingeniería de Software
3. Ciencias Computacionales
4. Ingeniería Computacional
Actualmente, la ANIEI se encuentra trabajando la definición de un quinto perfil, el de Ingeniería Telemática.

Los perfiles curriculares de estas organizaciones revisten una gran importancia, ya que sirven como referencia para mecanismos acreditadores y certificadores. Así, la acreditación nacional hecha por el Consejo Nacional de Acreditación en Informática y Computación (CONAIC) a programas educativos de calidad en México, se fundamenta en los perfiles de la ANIEI. De modo similar, las acreditaciones realizadas por la Accreditation Board for Engineering and Technology (ABET) en Estados Unidos, hacen referencia a los perfiles de ACM/IEEE/AIS. En el ramo individual, el Centro Nacional de Evaluación (Ceneval) también basa la composición de sus exámenes de certificación en los perfiles de la ANIEI.

Cabe mencionar que todos los perfiles son meramente referenciales, no normativos. Existe el riesgo de que las instituciones educativas tomen dichos perfiles como dogma y definan sus programas de estudio como una copia fiel de los perfiles. Esto constituye un gran error debido a que la intención muchas veces es asegurar la acreditación de sus programas. Un programa educativo debe considerar los perfiles como algo muy importante, pero no debe olvidar que es vital realizar un diagnóstico detallado de las necesidades de su propio contexto. Consultar a los empresarios y gobierno de su región es un factor importantísimo para poder atender las necesidades de la misma. La construcción de un programa de estudios debe articular una estrategia de impulso económico de la comunidad que la rodea. En el caso de universidades de corte nacional, la definición de programas debe obedecer la misma necesidad, pero tomando en cuenta las oportunidades y estrategias de desarrollo del país. Asimismo, las instituciones deben identificar sus fortalezas para ofrecer un valor agregado a sus egresados en los campos de especialidad en que posean un mayor dominio.

Es un común denominador en las recomendaciones de todas las organizaciones la inclusión de un esfuerzo muy grande por generar profesionistas cultos y con una gran visión humanista. Esto responde a la clara importancia de proveer una visión de comunidad en los egresados, así como de proveerles una formación multidisciplinaria.

Hacia Adelante
La Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) generó una visión de la educación superior en México para el año 2020, donde estos factores se encuentran claramente fundamentados. Se enfatizan puntos neurálgicos como la necesidad de mecanismos que aseguren la calidad académica, el uso de modelos innovadores de educación y la importancia de la cooperación interinstitucional, tanto a nivel nacional como internacional. Asimismo, se destaca la importancia de facilitar la incorporación de los egresados al mercado laboral y de proporcionar salidas intermedias.

En México existe una gran cantidad de programas relacionados con las tecnologías de información y electrónica que comparten nombres, pero carecen de homogenización en los objetivos y perfiles que abarcan. Esta confusión se transmite a los empleadores, quienes deben realizar su selección basándose en competencias, en lugar de en el nombre de las carreras. Las instituciones también deben ayudar al egresado a clarificar sus competencias, construyendo un portafolio de pruebas que permita evidenciar su perfil y facilite su certificación por organismos especializados.
Estas tendencias ya han empezado a ser incorporadas por las instituciones educativas. Por ejemplo, después de más de 35 años de haber incursionado en el ámbito de la educación de computación en México, el Tecnológico de Monterrey ha evolucionado su oferta educativa con un paradigma radicalmente distinto a las renovaciones periódicas que realizaba al menos cada cinco años, así redefiniendo su oferta educativa en una profesión integradora de Tecnologías de Información y Electrónica. Las carreras incluidas en esta oferta son las siguientes:

1. Ingeniería en Tecnologías Electrónicas, con concentraciones en Sistemas Digitales, Automatización y Robótica, Telecomunicaciones y Microelectrónica. Este profesionista es especialista en hardware y programación de bajo nivel y hace frente a los retos de innovación en dispositivos que permitan mejorar la competitividad en las industrias de manufactura y comunicaciones.

2. Ingeniería en Tecnologías Computacionales, con concentraciones en Animación Digital, Ingeniería de Software, Redes y Seguridad, Sistemas Inteligentes y Arquitectura de Tecnologías de Información. Este profesionista se especializa en aplicaciones de software, proveyendo a las empresas de la administración adecuada de infraestructura que permita la continuidad de las operaciones de una organización de manera óptima.

3. Licenciatura en Administración de Tecnologías de Información, con concentraciones en Aplicaciones Multimedia, Inteligencia de Negocios y Mercadotecnia de Productos y Servicios de Tecnologías de Información. Este profesionista es un estratega tecnológico para las organizaciones, facilitando su competitividad y su adaptabilidad en mercados cambiantes.

4. Ingeniería en Tecnologías de Información y Comunicaciones, con acentuaciones en Electrónica, Computación e Informática. Este profesionista atiende necesidades de integración en las disciplinas de electrónica, computación e informática, teniendo un valor muy particular en comunidades pequeñas, así como en la pequeña y mediana empresa, misma que tiene un gran impacto en la productividad de naciones en desarrollo.

Es importante notar que se incluyen núcleos muy importantes de formación humanística, además de mecanismos específicos de internacionalización, experiencia profesional, investigación y desarrollo emprendedor. La fórmula del Tecnológico de Monterrey no es para todos. Cada institución educativa debe actuar de acuerdo a las tradiciones positivas que la caracterizan, buscando capitalizar en sus logros y fortaleza, pero sin olvidar que los objetivos primordiales deben ser los siguientes:

1. Atender las necesidades de su comunidad inmediata, formando los profesionistas adecuados a las mismas.

2. Articular el desarrollo e implantación de sus programas con el sector productivo y gubernamental.

3. Proveer competencias específicas que faciliten su incorporación al sector productivo.

4. Proveer una educación multidisciplinaria, ya que así son los problemas del mundo.

5. Enfatizar la formación ética, humanística y de compromiso con la comunidad.

6. Apoyar el impulso económico de la región y del país, considerando el capital intelectual como agente activo de desarrollo.

Sólo resta concluir que para garantizar el desarrollo nacional y poder enfrentar la competencia global, es vital desarrollar una estrategia basada en el impulso de las tecnologías de información y electrónica en nuestro país. Esta estrategia debe apostar al mejoramiento del sistema educativo nacional y a la formación de una verdadera sociedad de conocimiento, con capital intelectual competitivo internacionalmente y con visión multidisciplinaria y comprometida.

Referencias
• Denning, Peter J. (1998) Computing the Profession. Preparado para el libro Computer Science and Engineering Education, Tony Greening, Editor y para Educom Review, John Gehl, Editor.
• Accreditation Board for Engineering and Technology (ABET) www.abet.org
• Career Space www.career-space.com/cdguide/index.htm
• Asociación Nacional de Instituciones de Educación en Informática (ANIEI) www.aniei.org.mx
• Programas profesionales ITESM www.sistema.itesm.mx/va/profesional.htm

Acerca del autor
El Dr. Guillermo Rodríguez es Director de Sistemas de Información en el Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México, donde se especializa en temas como Sistemas Estratégicos, Administración del Conocimiento y Transferencia de Tecnología. Guillermo participa de manera continua en conferencias internacionales, y en 1999 recibió el reconocimiento a la mejor conferencia en el Americas Conference on Information Systems. Es presidente fundador de la Asociación de Sistemas de Información de América Latina y el Caribe.