Resulta novedoso que una PyME desarrolladora de software base la totalidad de su ventaja competitiva y distinción en una plataforma que no tiene dueño ni responsable aparente. Esta es una idea que ronda en la mente de nuestros competidores y colegas, y tenemos que aceptar que a veces en la propia también.
Me gustaría decir que fue un arduo debate cuando, hace dos años, decidimos enfocar la totalidad de nuestros esfuerzos en la adopción de filosofías poco comunes, como son la del software libre, en lugar de plataformas propietarias. Sin embargo, no fue así. Descubrimos que esta forma de pensar se vende sola; y como buenos consumidores, la compramos. Las razones son simples:
• Libertad.– El poder utilizar software robusto y adaptarlo exactamente a lo que necesitábamos sin desembolsar ni un centavo, sólo tiempo, resultó una idea atractiva.
• Rentabilidad.– Una nueva empresa sufre de problemas graves de liquidez; utilizar aplicaciones de código abierto detona la capacidad de hacer negocio y asegurar la permanencia con bajos costos.
• Reciprocidad.– En esta vida sólo se puede invertir en dos cosas: tiempo y dinero. Dinero no teníamos; sólo nos quedaba el tiempo, con el cual podíamos pagar, contribuyendo activamente a la comunidad.
• Orientación al servicio.– Este es el pilar central del código abierto. La mayoría de los paquetes son gratuitos, ya que el negocio de los autores es el servicio y la capacitación; exactamente lo que necesitábamos.
•Bajo costo de propiedad.– Pudimos darnos cuenta que las aplicaciones de código abierto pueden dar a nuestros clientes un retorno de inversión en el desarrollo de software muy atractivo: costos bajos en licenciamiento y mantenimiento.
• Soporte.– Dentro de la filosofía de código abierto el soporte abunda, ya sea por otros usuarios o inclusive el mismo equipo que desarrolló la aplicación. En el mundo del software propietario, el soporte tan de primera mano y de tantas personas resultaría muy caro.
Clientes, colegas y amigos muy seguido nos cuestionan del porqué tantos individuos trabajan “gratis” para crear software libre. La razón es sencilla, sin embargo, difícil de entender. Tenemos por un lado a los “geeks” que gozan demostrándole al mundo lo buenos que son con el único objetivo de enaltecer su ego; esta es más que una paga justa para ellos. Por otro lado, tenemos a los usuarios de aplicaciones de código abierto con conocimientos de desarrollo de software, o bien, empresas que invierten recursos en mejorar las herramientas con las que actualmente trabajan. Estas dos entidades obtienen un beneficio utilizando el trabajo de otras personas; a cambio, contribuyen al proyecto todas las mejoras y nuevas funcionalidades que van desarrollando.
Nosotros entramos en el rubro de empresas que contribuyen. Actualmente invertimos cerca de 10% de nuestros recursos de desarrollo en la programación de módulos y corrección de errores para proyectos en los cuales participamos; esto lo donamos completamente gratis a la comunidad. Esto nos ofrece experiencia útil en la implementación de los paquetes y nos permite seguir el principio básico de reciprocidad.
Antes de comenzar a utilizar open source, tuvimos que descubrir su existencia. Para nosotros todo comenzó, como muchas historias, en la universidad. Resulta sumamente atractivo para cualquier estudiante de sistemas contar con todos los recursos que se puedan llegar a necesitar —inclusive los que no se sabe que existen— en la red. Todo esto con absoluta apertura y sin costo monetario. A este factor, podemos aunarle el constante reto intelectual y la oportunidad de compartir ideas con personas con muchos años de experiencia sin tenerse que mover un solo centímetro de donde se está sentado. Participar en proyectos de desarrollo de este tipo nos ofreció la capacidad de trabajar con personas de otros países con otras costumbres y horarios; es como laborar en una empresa internacional sin jefe ni horario —ni salario—. Una experiencia interesante por naturaleza.
Diversas ideas nos hicieron dudar, en un inicio, si la estrategia de basar nuestra empresa en aplicaciones de código abierto era del todo buena. Algunos de los mitos que circundan en este respecto fueron, son y serán:
• Si es gratis no funciona. En este mundo capitalista, si no pagas por las cosas, no pueden ser buenas.
• Vamos a tener que reaprender a usar las aplicaciones básicas. La ignorancia de la facilidad de uso de aplicaciones, por ejemplo, de oficina, frena la adopción de paquetería de código abierto. A tal grado que algunas personas llegan a confundir Openoffice con el mismo Microsoft Office.
• Los sistemas operativos son muy complejos de utilizar. Ha costado mucho cambiar la percepción que dejaron las primeras versiones de Linux. Actualmente tenemos personas que usan el ambiente gráfico de Linux de manera más ágil que Windows.
• Nadie utiliza estas plataformas y no vamos a poder intercambiar archivos. Utilizando OpenOffice, no hemos tenido problemas para comunicarnos con otras empresas. A esto le podemos aunar que el uso de archivos PDF es cada día más común.
• Los sistemas de código abierto tienen muchos errores y nos van a tronar en la cara cuando tengamos toda la información en ellos. Hemos encontrado mucha calidad y estabilidad en las aplicaciones; toda la que podamos llegar a necesitar.
Para nuestra suerte, hasta la fecha no nos arrepentimos, en nada, de no haber hecho caso a estos comentarios. Sin embargo, no sucedió todo de una manera perfecta. Poco tiempo después entendimos que la adopción de software de libre no es completamente excluyente del software propietario, ya que hay varios casos donde se sigue necesitando este último.
• En diseño gráfico y de interfaces hemos tenido suficientes problemas con paquetería de código abierto como para preferir los productos propietarios de Adobe y Macromedia. Aunque existen paquetes como Gimp 2 y Blender, entre otros, a nuestro gusto todavía no alcanzan la funcionalidad de los anteriores.
• En el área de desarrollo, no hemos encontrado un mejor ambiente (IDE) que el Zend Studio, un producto comercial de Zend Technologies. Esta empresa es pilar fundamental en la evolución de PHP, nuestro lenguaje de programación.
Actualmente nos vanagloriamos de ser una de las pocas empresas que desarrollamos la totalidad de los sistemas que nuestros clientes solicitan sobre plataforma de código abierto; en particular soluciones LAMP (Linux, Apache, MySQL y PHP). Resulta sumamente gratificante saber que formamos parte de una nueva filosofía en la manera de crear y distribuir aplicaciones de software; y ¿cómo no íbamos a estarlo?
• El trabajo que realizamos en los proyectos de código abierto que participamos (www.dotproject.net, www.sf.net/projects/dotmods) es utilizado por millones de personas alrededor del mundo. ¿A qué desarrollador no le apasiona esta idea?
• Contamos con todas las herramientas que necesitamos para trabajar y jamás nos hemos visto enfrascados en problemas que no estén documentados o donde nadie nos pueda ayudar. Existen herramientas para casi todas las necesidades, con funcionalidades que sobrepasan, muy seguido, las expectativas de los usuarios; entre ellos, nosotros mismos. Hace algunos meses estuvimos metidos en un gran problema con una aplicación que utilizaba como base de datos Paradox, aplicación que nunca habíamos utilizado en nuestra vida. En menos de un mes, el creador de una herramienta de código abierto, PXLib nos ayudó, desde Alemania, a solucionar toda la problemática.
• La documentación en la red es abundante. Lo mejor de todo es que la mayoría de la información es generada por los mismos usuarios, lo que la hace muy práctica y fácil de entender.
• La manera en que las aplicaciones evolucionan es dramática. Existe la ventaja de que la cantidad de personas comprometidas con los proyectos se incrementa de manera incalculable, por lo que los paquetes se mejoran muy rápido. Es probable que algunas piezas de software hayan alcanzado niveles de funcionalidad y robustez que los mismos creadores iniciales jamás se imaginaron cuando iniciaron un proyecto.
• Hemos aprendido mucho sobre la forma en que trabajan los equipos de desarrollo open source. Como empresa de desarrollo de software, resulta interesante ver cómo operan personas que no se conocen físicamente, se encuentran en horarios completamente diferentes y ofrecen resultados exitosos. Si hemos observado que funciona esta manera de trabajar, tenemos que aprender a hacerlo mejor nosotros que contamos con instalaciones compartidas, mismo horario y misma filosofía, ¿no?
Es claro que no existe arrepentimiento alguno de haber tomado la decisión de adoptar aplicaciones de código abierto como espina dorsal de nuestra compañía. Estamos conscientes que las aplicaciones tienen carencias que el mundo del software propietario ha superado hace tiempo. Sin embargo, el esfuerzo de miles de personas alrededor del mundo, cuya pasión es la gasolina para impulsarlos a ofrecer soluciones más robustas, lograrán cambiar el paradigma de hacer negocio con el software.
Los emporios empresariales como Sun, IBM y hasta Microsoft, se han percatado del poder que el open source ha generado; actualmente estas y otras empresas líderes cuentan con proyectos activos en repositorios públicos (por ejemplo www.sourceforge.net), y no dudamos que lleguemos a un punto donde se fusionará el mundo del software propietario y el de código abierto, donde éste último ofrezca soporte e infraestructura a su colega.
En Innox, somos una empresa orgullosamente mexicana que comparte una filosofía de transferencia de conocimiento, base de la filosofía open source. Queremos hacer de la calidad de nuestros servicios nuestro mejor negocio y no la simple venta de productos. Queremos ofrecerle a nuestros clientes una experiencia inigualable en el uso de aplicaciones, y las herramientas de código abierto nos han hecho ver que eso es más que posible; es más, esta filosofía ha logrado lo más importante para nosotros: ser rentables para poder continuar seguir ofreciendo bienestar a nuestra gente e incrementar el nivel de competitividad de las empresas en nuestro país.
Acerca del autor
Juan Carlos González Ulloa es socio fundador y coordinador de desarrollo en Innox, empresa basada en Guadalajara, Jalisco. Es ferviente promotor del software libre, y ha impartido varios talleres de programación en congresos internacionales. Juan Carlos es Ingeniero en Sistemas Computacionales egresado del Tecnológico de Monterrey Campus Guadalajara.
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