Modelos de Procesos para la PyME. ¿Conocen las Empresas Latinoamericanas Estos Modelos?

En los últimos años se ha dado una mayor competencia entre las empresas de desarrollo de software. En el contexto de Latinoamérica, en su mayoría son pequeñas empresas, que aparecen y desaparecen con relativa facilidad. De primera instancia se podría pensar que se debe a que no hay suficiente demanda para este sector. Sin embargo, esto dista de ser cierto. El mercado interno tiene una oferta importante para la pequeña empresa productora de software. El verdadero problema es que las empresas no tienen procesos definidos.

No se trata de inventar algo nuevo, en todos los sectores se ha buscado la orientación a procesos, debido a que es más fácil la evaluación y posteriormente emprender acciones de mejora, ya que a través de cada proceso están bien definidos los insumos necesarios para que se lleven a cabo las actividades, así como los resultados que se esperan al finalizar. Estos resultados, pueden ser medibles y evaluables.

Existen diversos modelos de procesos de software, que definen procesos clave y actividades a realizar dentro de las organizaciones. Entre los más conocidos están PSP, TSP, CMMI, IEEE 12207. La pregunta importante es, ¿conocen las empresas estas opciones?

En general, las pequeñas empresas de software están poco familiarizadas con estándares de procesos. Aunque no son modelos nuevos —algunos tienen cerca de 20 años—, es hasta fechas recientes que ha surgido la preocupación de conocerlos e implementarlos. Los organismos de gobierno e instituciones educativas han jugado un papel importante para dar a conocer estos modelos y orientar a las empresas para que los consideren en sus prácticas. Sin embargo, el problema que surge de ello es la falta de infraestructura para soportar estas prácticas o esta organización.

Considerando el estándar IEEE 12207, se propone una estructura de 5 procesos primarios (enfocados a la razón de ser de una empresa de software) y procesos de soporte enfocados a la calidad del proceso, y para garantizar la calidad de producto; tiene la ventaja de ser un estándar muy general, ya que con ello las empresas lo pueden adaptar de acuerdo a la estructura organizacional y a los recursos con los que cuentan. Sin embargo, las empresas latinoamericanas de desarrollo de software tienen menos de 10 empleados en su gran mayoría, esto nos lleva a determinar si realmente se pueden establecer todos los procesos, porque la carga administrativa se vería realmente incrementada.

Realmente es muy costoso para las organizaciones de Latinoamérica construir una organización tan compleja, orientada a procesos tales como la adquisición, suministro, desarrollo, operación y mantenimiento; además de procesos de soporte como documentación, administración de la configuración, aseguramiento de calidad y solución de problemas. La realidad es que las empresas de software únicamente desarrollan, y hacen un poco o nada de administración de proyectos; y realizan estas actividades sin planeación, sin control, y pocas veces están estandarizadas.

Claro está que IEEE ofrece esto como marco de referencia, pero la orientación a procesos dentro de las organizaciones de desarrollo de software ha representado un reto internacional, implica cambios culturales, infraestructura, capacitación y, como ya se ha mencionado, las empresas latinoamericanas no cuentan con los recursos suficientes para impulsar estos cambios. Se han dado algunas iniciativas de gobierno con la finalidad de apoyar este tipo de industria y a través de la formación y apoyos económicos se logre que las empresas orienten sus actividades a procesos de acuerdo a sus capacidades y que estos sean optimizados a través de la mejora continua, para que se conviertan en empresas competitivas.

En México, sabemos que el programa ProSoft de la Secretaría de Economía está apoyando con fondos financieros a las PyMEs de este sector, para que se capaciten, cuenten con los recursos necesarios para realizar inversión en tecnología, y más que nada que exista un modelo de calidad enfocado a la realidad de las organizaciones de México, las cuáles no pueden considerar modelos tan complejos como los inicialmente mencionados. Se busca que estas empresas cumplan con estándares internacionales de calidad en procesos, para garantizar la calidad del producto, para poder competir con las empresas que cada día van surgiendo a nivel mundial, y estando concientes de que es un sector que debe crecer porque está siendo necesario para las necesidades de otros sectores a nivel mundial. Es así que se ha forjado el estándar MoProSoft, Este estándar contempla la realidad de la pequeña y mediana empresa en el país, siendo la norma oficial que las empresas están adoptando. MoProSoft se ocupa entonces de esta preocupación, y sus promotores ahora enfilan sus esfuerzos a logar su aceptación entre las empresas.

Nos encontramos entonces ante dos retos: uno es lograr que la pequeña empresa productora de software comprenda la utilidad de los modelos de calidad y esté dispuesta a adoptarlos. El segundo reto, aún más grande, es lograr la creación y adaptación de modelos, tales como MoProSoft, que sean factibles para las empresas y que les permitan la definición de procesos sin la carga administrativa de los modelos establecidos. Cumpliendo estos dos retos tendremos sin duda empresas de software más ágiles y productivas.

Acerca del Autor
rma María García Barranco es profesora de planta en el Departamento de Sistemas de Información del Tec de Monterrey, Campus Estado de México. Fue coordinadora del proyecto de automatización del Centro de Atención a Alumnos en esta institución. Irma es Ing. en Sistemas Computacionales y cuenta con una Maestría en Administración de Tecnologías de Información.