El 8 de junio de 1958, gracias a las gestiones del Ing. Sergio Beltrán, se inauguró el Centro de Cálculo Electrónico en la Facultad de Ciencias, UNAM. Su primera computadora fue la IBM-650 de bulbos, con memoria de tambor magnético y con lectora y perforadora de tarjetas. Los primeros expertos en manejarla fueron José Luís Otalengo y Artemio Taboada, mientras que Manuel Ortega fue su primer operador. Estos datos los tomé del artículo: “Primera Década de la Computación en México: 1958-1968 Primera y Segunda parte”, escrito por Miguel M. Soriano L. y Christian Lemaitre, publicado en Ciencia y Desarrollo, vol. 60 y 61, 1985.
Pasaron 50 años y afortunadamente tenemos el programa PROSOFT, que tiene por objetivo fortalecer la industria de software en México. Como todos sabemos, para lograr este objetivo se requiere de una colaboración muy estrecha entre el gobierno, la industria y la academia. El papel de la academia, hasta este momento, se está viendo principalmente como proveedor de recursos humanos sin apreciar lo suficiente la parte de investigación como la fuente de innovación.
El año pasado, el Dr. Christian Lemaitre de la UAM-Cuajimalpa, uno de los Decanos de la computación en México, empezó a convocar a la comunidad académica para aprovechar este aniversario y hablar de la importancia de fomentar la investigación en computación. Como resultado, se ha conformado la Red Mexicana de Investigación y Desarrollo en Computación (REMIDEC) cuyas primeras tareas fueron hacer el censo de los doctores en computación en México y elaborar un manifiesto. El censo nos sorprendió a nosotros mismos, ya somos más de 500 doctores en diversas áreas de computación en México. Elaborar el manifiesto nos costó un poco más de trabajo, pero finalmente lo concretamos.
En esta columna quiero compartir con los lectores de SG los puntos más importantes del Manifiesto de la Comunidad Científica de la Computación que empieza con el siguiente preámbulo:
Hoy, México tiene un número importante de especialistas en Ciencias de la Computación con alta calificación.
El documento cuenta con ocho páginas y su contenido está estructurado de la siguiente manera:
I. ¿En qué consiste y por qué es importante hacer investigación en Ciencias de la Computación?
II. La necesidad de hacer investigación en Ciencias de la Computación en México.
III. Barreras para el florecimiento de la investigación y desarrollo de la computación en México.
IV. Líneas de acción claves para promover la investigación en Ciencias de la Computación en México.
Creo que para los lectores, los primeros dos puntos no requieren de mayor explicación, por lo tanto voy a concentrarme en presentar las barreras y las líneas de acción que se proponen.
Con respecto a las barreras, cito la parte más importante del manifiesto:
En pocas palabras: somos relativamente muchos, pero pulverizados. El mejor ejemplo es la UNAM. Somos bastantes, pero regados entre múltiples instituciones de esta enorme Universidad. En la propia Facultad de Ciencias, cuna de la computación en México, existe la carrera de Ciencias de la Computación, pero no el departamento con el mismo nombre, porque nuestros colegas biólogos, físicos y matemáticos consideran que todavía estamos “peques”.
Entonces, ¿qué hacer para cambiar esta situación? Cito a continuación la propuesta de las principales líneas de acción:
1. Establecer la investigación y desarrollo en Ciencias de la Computación y las Tecnologías de Información como un área prioritaria para el país. Esto se debe incluir en el Plan Nacional de Desarrollo, estableciendo la necesidad de asignar recursos específicos para promover la investigación a mediano y largo plazo. También, es necesario reconocer a las Ciencias de la Computación como una especialidad en sí misma en todas las instancias académicas y gubernamentales, en particular en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI).
2. Contar con una masa crítica de investigadores y grupos de investigación de primera calidad. Para ello, es necesario hacer un esfuerzo en la formación de nuevos científicos, así como en la actualización de maestros, profesionales e investigadores consolidados. Se deben crear, además, las condiciones para atraer y retener investigadores de primera calidad y, sobre todo, instituir las condiciones que les permitan trabajar de forma productiva. En particular, se requieren, tanto la apertura de plazas para los nuevos investigadores que se están formando, como la existencia de esquemas atractivos para promover la contratación de investigadores consolidados con interés en instalarse en México.
3. Consolidar los grupos de investigación. No basta con la existencia de numerosos investigadores en el país, es necesario contar con grupos suficientemente grandes, compuestos por investigadores y estudiantes de posgrado, que colaboren durante un tiempo razonable y con adecuada especialización para alcanzar niveles de continuidad, producción y calidad comparables a los de los mejores grupos del mundo. Estos grupos se deben formar, por lo general, dentro de las distintas instituciones pero deberá fomentarse también la formación y consolidación de grupos multinstitucionales y la incorporación a éstos de investigadores que se encuentren aislados temática o institucionalmente. Sin grupos estables y productivos, las capacidades de formación y transferencia de tecnología son disfuncionales.
4. Reordenar los mecanismos de financiamiento y estímulo a la investigación. Para lograr los objetivos anteriores es necesario contar con recursos previsibles suficientes, cuya obtención y gestión no supongan una carga excesiva ni para los grupos de investigación ni para los propios investigadores. Es deseable instituir mecanismos de financiamiento que propicien la conformación de grupos sólidos orientados a la investigación y desarrollo en las áreas prioritarias y con una visión a largo plazo. Asímismo, deben diseñarse mecanismos de asignación, evaluación y seguimiento, así como incentivos que, en conjunto, impongan exigencias sensatas y objetivas a investigadores e instituciones: den pie a una evaluación pertinente y oportuna y constituyan, en suma, instrumentos para hacer eficiente la inversión. Es indispensable contar con mecanismos de evaluación y estímulos adecuados al dinamismo y características particulares del área.
5. Establecer una estrategia de articulación nacional. Esta articulación debe realizarse en distintos ámbitos. Hay que prestar atención a la integración de la investigación en Ciencias de la Computación con la docencia por un lado y con la transferencia de tecnología por el otro, además de la integración de los investigadores en esta área como una comunidad y su coordinación con las otras comunidades científicas. Es necesario fortalecer la intervención de estos investigadores en los distintos órganos de evaluación de la actividad científica del país (como el CONACYT y el SNI), así como en los de política científica (Academia Mexicana de Ciencias y el Foro Consultivo). Se deben consolidar los mecanismos de transferencia de tecnología y capital de riesgo que permitan transferir para potenciar el producto de la investigación y desarrollo en ciencias de la computación y Tecnologías de Información.
6. Establecer una estrategia de vinculación internacional. Es necesario fomentar la participación en redes internacionales de las distintas especialidades con la colaboración de científicos mexicanos en los comités editoriales, los organismos de evaluación, los órganos de gobierno de las asociaciones, la organización de eventos. Se debe fomentar que los grupos de investigación mexicanos y las instituciones que los abriguen establezcan relaciones y alianzas que permitan colaboración en distintos tipos de actividad con contrapartes de otros países. Estas colaboraciones deberán considerar también aspectos de formación que incluyan becas, visitas, estancias, dirección compartida de tesis doctorales, cursos y proyectos binacionales y multinacionales. Será necesario diseñar estrategias específicas para impulsar las relaciones con los países con los que hay una historia exitosa de colaboración o con los que es importante tenerla, para fortalecer los vínculos con los investigadores mexicanos establecidos en el extranjero, así como con asociaciones profesionales y organismos de promoción y coordinación internacionales.
Como pueden ver tenemos muchas asignaturas pendientes, que no se van a resolver de la noche a la mañana, pero que bueno que ya se formularon y pueden servirnos de orientación en los esfuerzos de cada quien. Hay que tocar muchas puertas de gobierno, de industria; medios de comunicación y las propias instituciones de investigación y educativas. Hay que difundir, evangelizar y convencer de que la mejora de la investigación en computación tiene un impacto directo en la formación de recursos humanos, éstos en la innovación de la industria de software y, en general, de la Tecnología de Información. Finalmente, todo esto se traduce en el mejor bienestar de la sociedad en su conjunto. Otros países ya lo entendieron perfectamente desde hace tiempo, ahora le toca a México.
- Log in to post comments