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La computación que se hace hoy en día dista mucho de la manera en que se hacía en la década de los 90, cuando realicé mis estudios universitarios en este campo. La estructura organizacional de las empresas y de los equipos de trabajo ha ido evolucionando conforme a la necesidad de mejorar los procesos computacionales.
Pero lo que no ha cambiado es la ausencia de las mujeres en dicho campo del conocimiento. Quisiera enfocar este artículo en reflexionar sobre qué podemos hacer para acercar a las mujeres a las carreras profesionales relacionadas al cómputo.
Cuando fui profesora de bachillerato en la preparatoria No. 6 “Antonio Caso” de la UNAM, tuve a mi alcance la oportunidad de conocer los intereses de las adolescentes. A muchas de ellas les motivaba ser económicamente independientes, tener una carrera profesional exitosa, contar con una vida personal satisfactoria y ser estables. La materia que impartía entonces era Opción Técnica en Computación; tenía una duración de dos años y los alumnos del quinto grado la cursaban de manera opcional, egresando del bachillerato con un extra que les abría la puerta laboral, les permitía recabar información valiosa en cuanto a su vocación profesional y, si decidían ingresar a alguna licenciatura en el ramo del cómputo, se integraban a ella con conocimientos sólidos en el tema.
Más de una de las alumnas egresadas de la Opción Técnica en Computación decidía estudiar alguna de las carreras alusivas que la UNAM ofrece, pues en su paso por la materia, descubría el gusto por la computación o detectaba habilidades para estudiar una carrera de ese tipo.
La labor educativa de la opción técnica se respaldaba con la realización de diversas actividades organizadas por los profesores que formábamos parte de la planta docente; como los concursos de programación que eran espacios donde tanto hombres como mujeres ponían a prueba los conocimientos adquiridos hasta el momento, además representaba la oportunidad de interactuar con jóvenes cuyos intereses eran similares. Por lo regular, las adolescentes se mostraban entusiastas y comprometidas al participar en las actividades relacionadas a los concursos de programación, poniendo el esfuerzo y tiempo necesarios para hacer un buen papel.
Entonces, si existe el talento en las mujeres para ejercer la computación, ¿por qué no hay un mayor número de ellas incursionando en este campo? ¿Qué les puede brindar el ejercicio de esta profesión?
Además de independencia económica: la oportunidad de trabajar en casi cualquier sector laboral en el país y en el extranjero; la conquista de diversos retos profesionales, cuya velocidad y sentido quedan pautados por el ritmo en el avance y el crecimiento de la tecnología; empleos bien remunerados; calidad de vida y cumplimiento de metas personales al alcance de sus bolsillos.
Siendo testigo de la labor vocacional que ejercía la Opción Técnica en Computación, considero indispensable llevar a cabo acciones cuyo objetivo sea proponerle a la mujeres ingresar al mundo de la computación y despertar en ellas el interés por esta emocionante actividad.
Tales acciones podrían ser:
- Aprovechar diversos foros para brindar conferencias dirigidas a las adolescentes y, en general, a las mujeres interesadas en la tecnología y en la computación.
- Invitar a mujeres exitosas en el tema para que hablen o escriban sobre su decisión de estudiar y ejercer alguna carrera en cómputo, de tal forma que sus historias muestren que la computación es un camino lleno de retos y satisfacciones y que puede representar una forma de vida accesible a cualquier mujer.
- Aprovechar espacios como ferias de libros, ferias sobre tecnología, hackatones, encuentros, ciclos de conferencias y exposiciones fotográficas en las diversas escuelas secundarias y bachilleratos.
- Diseñar cursos de programación enfocados a este sector de la sociedad.
- Trabajar en conjunto con el gobierno local de cada entidad y con el gobierno federal para diseñar acciones y programas que beneficien al mayor número de niñas, adolescentes y mujeres en general que pudieran encontrar en la computación el desarrollo y el aprovechamiento de sus habilidades y talentos. ¿Qué pasaría si, así como hay campañas de alfabetización hubiera también campañas para la enseñanza del cómputo? Estoy segura que más de una mujer respondería al llamado.
Cada acción debe realizarse bajo la perspectiva de sensibilizar a la sociedad sobre el papel que la mujer debe interpretar hoy en día en la sociedad, para percibirse como un agente de cambio, como parte fundamental en el desarrollo económico del país y del mundo.
De acuerdo a los Objetivos de Desarrollo del Milenio que conforman el Proyecto del Milenio de las Naciones Unidas [1], dar a las mujeres más espacios y oportunidades de desarrollo no sólo representa un beneficio para el género, sino también para la sociedad en general.
Referencias
[1] “Objetivos de Desarrollo del Milenio y Más allá de 2015”. Organización de las Naciones Unidas. http://www.un.org/es/millenniumgoals/gender.shtml
Fabiola Calderón cuenta con 20 años de experiencia profesional en la industria de software. Actualmente es desarrolladora independiente especializada en aplicaciones web y móviles, y cursa la Maestría en Ciencia e Ingeniería de la Computación, en el Instituto de Investigaciones en Matemáticas y Sistemas (IIMAS) de la UNAM.
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