Asegurando la Calidad de la Experiencia de Usuario

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Según el ISTQB (International Software Testing Qualifications Board), uno de los objetivos de las pruebas, es satisfacer compromisos aplicando la validación de los requisitos de usuario respecto al sistema que está siendo objeto de la prueba. Igualmente este estándar define las pruebas de sistema como aquellas que se realizan desde la perspectiva del usuario y predomina como protagonista el equipo de QA para ejecutarlas [1]. Por otro lado, uno de los atributos no funcionales de la calidad según la norma ISO9126 es la usabilidad que consiste en la capacidad que tiene un software de ser amigable, atractivo y útil al usuario final. Ahora bien, el dinamismo tecnológico ha permitido que usuarios no expertos interactúen con la tecnología como parte de su día a día haciéndolos más exigentes. La validación de requisitos, pruebas de sistema y la usabilidad ya no son suficientes, es necesario que las pruebas incluyan en su alcance la experiencia de usuario (UX).

La experiencia de usuario es el conjunto de factores y elementos relativos a la interacción del usuario con dispositivos o software tecnológico cuyo resultado es la generación de una percepción positiva o negativa de dicho servicio, producto o dispositivo. Ésta depende no solo de los factores relativos al diseño sino además de aspectos relativos a las emociones, sentimientos, confiabilidad y transmisión de la marca (2). El diseño de la experiencia del usuario se define como el proceso de aumentar la satisfacción y lealtad del cliente mediante mejoras en la usabilidad, facilidad de uso y el placer de la interacción entre el cliente y el producto.

El diseño de experiencia de usuario se preocupa por un número mayor de variables que el diseño de interfaz de usuario y no necesariamente están relacionadas con el aspecto visual, por ejemplo: la presentación de los productos, redacción de contenidos, la velocidad de carga, entre otros factores. Algunos de los principios de este tipo de diseño son el color, eficiencia, error humano, estética, íconos, jerarquía visual, legibilidad, mapeo natural y visibilidad, entre otros. Definitivamente esto compromete aún más a los especialistas en ingeniería de requisitos y en sí, al proceso de interacción con los usuarios de manera que el equipo de desarrollo y pruebas pueda conocer las pautas, funcionalidades y expectativas que debe cumplir el sistema.

En el ámbito de las pruebas, esto significa que no será suficiente la base de pruebas que utiliza un equipo de QA (listado de funcionalidades) sino es necesario comprender claramente cuál es la motivación del sistema, qué beneficios traerá, qué se busca con su construcción y qué se espera de él. Para ello es necesario que las pruebas de calidad de la experiencia de usuario cuenten con la participación del usuario, pero no significa que estas pruebas deban realizarse al final del ciclo de vida de desarrollo, al contrario, debe ser una de las primeras exploraciones (por ejemplo por medio de prototipos) a realizar dentro del enfoque de pruebas definido respetando el principio “pruebas tempranas”  de ISTQB. Pudiera ser un nuevo nivel de pruebas híbrido probador/usuario.

De de las pruebas más conocidas en este ámbito son las A/B que consisten en dos escenarios controlados que se envían/cargan de forma aleatoria a los usuarios (normalmente una muestra de ellos) con el objetivo de medir la efectividad de un diseño de interfaz y/o contenido en específico. Otro tipo de prueba utilizada es la llamada think aloud (piensa en voz alta) en donde se le solicita al usuario que utilice el sistema, narrando sus pensamientos y percepciones del mismo mientras navega por las funcionalidades del sistema. Lo importante es que se contemple desde QA que las pruebas del diseño de experiencia de usuario no es tarea única del profesional de QA, se trata de un trabajo conjunto con el usuario, y aunque algunos autores califican estas pruebas como “costosas”, sin duda no es equivalente a desarrollar un sistema que no sea utilizado cuando esté en producción.

Conclusión

La tecnología avanza y los usuarios son cada día más exigentes con los sistemas que reciben para su rutina laboral o vida diaria, lo cual significa un reto adicional para los profesionales de QA, en donde el objetivo de satisfacer compromisos lo obliga a ser un tecnólogo multidisciplinario que debe garantizar la mejor experiencia de usuario posible, funcionalidad (y otros atributos de la calidad) bajo la arquitectura idónea para el contexto donde se ejecutará el sistema, convirtiéndolo en un profesional integral.

Referencias:

  1. “Foundation Level Syllabus”. ISTQB, 2011. http://swgu.ru/rt

 

Bio

Roselyn C. Piñango Díaz es Ingeniero en Computación con especialización en Sistemas de Información. Gerente de QA Factory en Global R, Venezuela. Cuenta con 10 años de experiencia en desarrollo y pruebas de software; y certificaciones: OCE SQL, OCA PL/SQL Developer, CTFL ISTQB, ASE HP ALM v11, CAA SAPB1.