¿Llegaremos al Futuro?

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– ¿Qué diablos fue eso? –exclamó Marty cuando un bólido saltó de las nubes como un relámpago y estuvo muy cerca de embestirlos.
– Un taxi –respondió el Doctor Emmett serenamente.
– ¿Un taxi?, yo pensaba que íbamos volando.
– Precisamente.
– Bueno Doc, ¿qué está pasando?, ¿dónde estamos?, ¿en qué fecha?
– Vamos hacia Hill Valley, California... a las 4:29 p.m. del miércoles 21 de octubre... del año 2015.
– ¿2015?, ¡entonces estamos en el futuro!

Sí, como acaban de leer, la fecha exacta en que Marty McFly, su novia Jennifer y el Doctor Emmett Brown hacen su viaje al futuro, en el clásico de ciencia ficción Back to the Future II, es el 21 de octubre del año 2015, y no el 27 de junio del año 2012, como nos hizo creer a algunos inocentes una broma, fruto de un buen trabajo de Photoshop,
hace unas semanas en las redes sociales anticipando tres años la llegada del future day.

Ahora, hagamos a un lado la broma de la fecha falsa y enfoquémonos en el tema del future day, ese 21 de octubre de 2015. Que nos sirva ésta fecha como el pretexto para hacer un pequeño y rápido ejercicio de reflexión, o mejor dicho, uno para comparar cómo estamos viviendo la tecnología en el año 2012, contra lo que Robert Zemeckis vaticinaba en su filme de 1989; sin pretensiones de que esto sea, una crítica cinematográfica.

Con seguridad recordaremos las chamarras con autoajuste, autosecado y voz; el hidratador de alimentos, y el hover board o aeropatín. Todos ellos lucían divertidos y esperábamos que algún día tuviéramos la fortuna de poder usarlos. Pero, si vemos un poco más allá de los juguetitos futuristas, notaremos –y no es necesario ser muy observador– que en la historia hay tres elementos ausentes, los cuales hoy son vitales en muchos sentidos. Y bueno, también hay un elemento que en su momento fue muy importante, y que actualmente suena, a mi gusto, obsoleto. Les cuento:

Los grandes ausentes

– Doc, retrocede –dijo Marty un poco extrañado–. No hay suficiente carretera para acelerar a 88 m.p.h.
– ¿Carreteras? –respondió con seguridad el Doctor, al tiempo que se colocaba unos lentes plateados – A donde vamos no necesitamos carreteras.

Por supuesto sabemos que el Doc se refería a las carreteras físicas, pero si le damos una pincelada metafórica, lo podríamos entender como la súper carretera de la información, la cual es la más necesaria en el presente. Bien, como decíamos anteriormente, en la lista de asistencia no aparecieron internet, ni las redes sociales, ni los dispositivos móviles –y si nos ponemos exigentes encontraremos muchos más–. ¿Quién lo hubiera pensado, no? Y es que si hoy en día nos resulta difícil imaginar nuestras vidas sin ellos, más difícil lo será en 2015.

Era 1989 y muchos de nosotros, mozuelos, aun utilizábamos monitores monocromáticos, almacenábamos en floppy disk de 2.25” y la letra Q y la @ no habitaban la misma tecla; de hecho ¿para qué sirve ese símbolo raro? (nos preguntábamos al ver una arroba). Qué tal hubiera sido en ese 1989, observar la secuencia en la que Griff y su pandilla son arrestados por destruir con sus hover board el edificio de la Corte, y que en lugar de que apareciera una cámara de televisión flotante para transmitir la noticia, todos los participantes en la escena hubieran sacado sus dispositivos para tomar fotografías y video, y luego compartir el suceso con otras personas; y que la noticia donde se ve que la pandilla es arrestada, no hubiera aparecido en un periódico, sino en una tableta. O qué tal la escena en la que entra una llamada telefónica a casa de los McFly y los hijos ven la llamada entrante en sus lentes –inteligentes, tal vez– y no en sus smartphones, donde además, hubieran estado conversando con varios amigos a la vez.

¿Obsoleto?

– Era ilegal –gritó el jefe– y lo sabía, McFly. ¡Lea mi fax!
– ¡No! ¡Por favor, no! –Suplicaba Marty del futuro, mientras se imprimían, en tres máquinas de fax, la frase: You´re Fired!!!

¿Se imaginan tres máquinas de fax en su casa? Esperen un momento, ¿sí recuerdan lo que es un fax? ¡Levante la mano quien lo sigue utilizando! No se niega que fue un gran invento, y que en su momento fue de mucha utilidad, pero hoy ya suena obsoleto, ¿no creen? Obviamente en 1989 no consideraron el concepto del paperless e imaginaron que en el futuro todos nos “faxearíamos” con nuestros amigos y conocidos.

El reto

Se pueden resaltar algunos aciertos muy interesantes, pronósticos que se han consumado y que ya no nos parecen de ciencia ficción, como las videollamadas, las grandes pantallas de televisión y los juegos de video en los que no se emplean las manos. Pero siendo realistas, muchas otras de las exquisiteces que nos asombraron en el viaje de McFly, excederán la fecha que indicaba el tablero del DeLorean para que se hagan realidad, como los carros voladores, las agujetas autoajustables y la hidratación de pizza.
Sin embargo, restan un poco más de tres años –si es que como esperamos los Mayas se equivocaron y no se acaba el mundo en diciembre de 2012– para llegar al future day; y tal vez valdría la pena colocar una banderita en ese día del calendario para convertirlo en nuestro día del futuro, el día límite en el que ya deberían de estar funcionando algunas ideas, no forzosamente de las que aparecen en la película, sino algunas que ahora tengamos en mente, que parezcan de ciencia ficción, de película.

El tiempo corre y sería válido tomar las escenas de la cinta –e incluso de otras obras de ciencia ficción cinematográficas o literarias– como consejos o gatillos que nos disparen hacia la construcción de mejores ideas que se puedan complementar, o bien, que sean totalmente nuevas, como por ejemplo: placas de automóviles con códigos de barras –tal vez ahora serían códigos QR– que podrían ayudar a resolver el asunto de las multas de tránsito, parquímetros, estacionamientos, reportes viales, etc. Y qué decir de los sistemas de voz para encender las luces de una habitación, activar el despachador de frutas en la cocina o controlar la pantalla de televisión; o el lector de huellas digitales para abrir la puerta de tu casa y que una voz te dé la bienvenida, anuncie tu llegada y te recuerde los pendientes del hogar.

Adelante, hagamos este ejercicio, solos o en grupo, tomemos una idea, pulámosla para hacerla realidad antes de que llegue el futuro.

Por nuestra parte en el Fondo de Información y Documentación para la Industria, INFOTEC, estamos investigando y trabajando con miras hacia el futuro, desarrollando
un prototipo que utilizará la tecnología semántica soportada por sistemas inteligentes, para crear una plataforma que permitirá que todos los dispositivos de una casa u oficina se comuniquen entre sí, además de que podrán reportar y monitorear su estatus. Tendrán un bajo costo para el consumidor y sin la necesidad de hacer cableado o instalaciones engorrosas.

Ahora, imagínense a una persona, que mientras se encuentra de viaje en el extranjero, utiliza su celular para saber quién llama a la puerta de su casa, verificar que la alarma antirrobo está activa, encender el sistema de riego del jardín y programar el despachador de comida para que alimente tres veces al día al perro.

Y tú, ¿cómo imaginas el 21 de octubre del 2015?

Bio

Rogelio Esperón Rodríguez es diseñador gráfico y agricultor urbano. Colabora en la Gerencia de Desarrollo de Nuevos Productos y Servicios en INFOTEC.