La Importancia de la Claridad y Sencillez de una Interfaz de Usuario

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A pesar de que este concepto ya tiene tiempo de existir y circular por el mundo de la tecnología de información, la ‘experiencia del usuario’ aún no ha sido comprendida en su totalidad por la mayoría de los que trabajamos en este medio. Un error común es el de pensar que la experiencia del usuario sólo debe tomarse en cuenta al trabajar en aplicaciones web. El concepto de la experiencia del usuario ni siquiera se limita a la tecnología de información y su importancia va más allá de generar en nuestros clientes meta, la sensación de que utilizan algo bonito.

La verdadera experiencia

En realidad, el objetivo no es que el usuario se dé cuenta de lo que hemos hecho bien al desarrollar una interfaz. Normalmente aplica más la premisa popular de ‘Si no hay noticias, son buenas noticias’, puesto que algo que genere comentarios en los usuarios normalmente será algo erróneo. Si la experiencia de uso de un producto es satisfactoria, la persona reconoce esa satisfacción, mas no se detiene a notar qué es lo que la ha provocado. Se acepta la satisfacción recibida, así como el producto, nada más.

Si su experiencia, en cambio, ha resultado negativa, cada uno de los detalles que conforman su incomodidad permanecerán en su memoria. En palabras de uno de los más grandes exponentes en la actualidad de la experiencia del usuario, Jared M. Spool: “El buen diseño es invisible”.

Otro error muy común entre desarrolladores es pensar en términos de lo que será más sencillo de programar: no siempre lo sencillo es lo más práctico o lo más eficiente o más preocupante aún, lo más sencillo no equivale a lo más intuitivo, es decir, a lo que será más fácilmente comprendido por el usuario. De este modo, terminamos perdidos en interfaces complejas y asimétricas que poco hacen por ayudar a las personas a cumplir con su objetivo en el uso de las mismas.

Pero no solamente recaen en los desarrolladores las equivocaciones que afectan la experiencia del usuario ya que también se encuentran los diseñadores que en su intento por utilizar todas las tecnologías, colores, imágenes, gráficas, entre otros aditamentos que pueden y gustan de aplicar, logran al final generar interfaces complejas, pesadas y lentas.

No obstante, la profesión no es el único punto clave que lleva a cometer equivocaciones que entorpecen el proceso de creación de una interfaz efectiva. El error que la tecnología actual ha provocado se suscita al ignorar la existencia de los dispositivos móviles. En el caso de un desarrollo para ambiente web, no podemos estipular que no estamos trabajando para el ambiente móvil por lo que deben tomar en cuenta las consideraciones mínimas necesarias para que, en el caso de que alguno de los usuarios decida visitar el sitio desde su dispositivo, pueda hacerlo sin problemas.

Un ejemplo de esto son los formularios y la alineación de sus etiquetas con respecto a los campos para introducir información. Si las etiquetas se colocan a la izquierda de cada campo, el usuario de un dispositivo móvil no podrá verlas. Esto sucede debido a que al seleccionar un campo en el dispositivo, el campo se agranda para ocupar la totalidad de la pantalla y así mejorar la visibilidad del usuario mientras escribe, anulando por completo la etiqueta que se encontraba a su izquierda. De este modo, al hacer uso del botón de siguiente campo jamás aparecerá en pantalla la siguiente etiqueta y el usuario tendrá que disminuir el porcentaje de acercamiento para poder leerla antes de completar la información.

Si estas etiquetas son colocadas arriba de los campos de texto en lugar de a su izquierda, aparecerán visibles incluso para los usuarios de dispositivos móviles en todo momento. Se trata de una consideración sencilla, pero no todos la toman en cuenta.

Relevancia en términos de inversión

Tratando el tema desde el punto de vista de las consecuencias en ventas, una interfaz de usuario mal hecha puede perjudicar mucho a un negocio. Después de todo, si el usuario no logra encontrar el producto que está buscando, tarde o temprano decidirá buscar en otro lugar y esa venta se perderá. De igual modo, si el proceso de compra es poco comprensible o poco confiable, el usuario decidirá no completarlo.

Una mala interfaz de usuario puede generar desconfianza al momento de una compra, con detalles tan sencillos como la falta de una pantalla de confirmación al terminar el proceso de pago. Si no confirmamos con claridad al usuario que su compra se ha terminado con éxito y simplemente lo redirigimos a la página de inicio de nuestro portal, la confusión generada puede afectar de manera negativa.

Las interfaces de un portal de comercio electrónico conllevan de manera más explícita la importancia de un buen proceso de desarrollo.

Existen, sin embargo, otras aplicaciones que no resultan de tan obvia necesidad de cuidado. Un ejemplo de estos casos lo constituyen los desarrollos internos ya que a estos desarrollos tiende a dárseles menor importancia puesto que los productos terminados no van a ser recibidos ni juzgados por un cliente, si no que serán utilizados por personal de la empresa que puede ser capacitado para ello.

Las interfaces resultan a veces tan complejas que estas capacitaciones no son suficientes. Si se considera la situación de que alguno de los empleados se vea en la necesidad de consultar un comunicado general en la intranet y no haya comprendido la interfaz en su totalidad, el tiempo que pierde en buscar dicho comunicado es tiempo de trabajo perdido. Por lo tanto, es tiempo por el que la empresa está pagando, y aunque se trata de una pérdida menos obvia, igual termina siendo una pérdida.

Otro desarrollo interno al que no se le da la importancia requerida es el de los puntos de venta, de igual manera sobre estimando el alcance que tienen las sesiones de capacitación. Pero a pesar de la existencia de estas sesiones, el proceso de adaptación posterior de una interfaz demasiado compleja puede hacer que el empleado se desempeñe de manera muy lenta, acabando con la paciencia de los clientes esperando su turno por ser atendidos.

Conceptos e implicaciones

El generar una experiencia satisfactoria de uso de un producto se reduce a la aplicación correcta de un término que hoy en día va ganando terreno en el ambiente de términos tecnológicos: La usabilidad.

La comprensión del concepto de usabilidad se basa en entender que no se trata de lo estético, si no de qué tanto es posible para un usuario el utilizar un determinado producto para cumplir una meta específica de manera efectiva, eficiente y satisfactoria dentro de un contexto previamente establecido. En palabras más sencillas, provistas por el afamado autor Jakob Nielsen, “la usabilidad es un atributo de calidad que determina qué tan sencillas son de utilizar las interfaces de usuario”.

Esto se traduce en la combinación de dos aspectos muy importantes: las metas del negocio y las necesidades del usuario. Para que el negocio cumpla con lo que se propone al lanzar un determinado producto, el público meta debe utilizar ese producto. Sin embargo, para que las personas que conforman ese público meta utilicen el producto, este debe cumplir los requisitos que sus necesidades específicas les exigen.

En términos más directos:

  • Si algo es difícil de utilizar, no será utilizado.
  • Si una intranet es confusa, los empleados evitarán su uso en lo posible.
  • Si un sitio web de ventas es complejo, los productos que promueve no se venderán.
  • Si un sistema es complejo, sus funcionalidades no se aprovecharán en su totalidad.

Concretamente y según los estudios realizados por Jakob Nielsen, una interfaz de usuario que sea usable debe ser una interfaz que cumpla con los siguientes factores:

  • Facilidad de aprendizaje - El uso de una interfaz debe ser intuitivo, una persona de entre las que conforman su público meta debe ser capaz de entender su funcionamiento sin la necesidad de un manual.
  • Eficiencia - El flujo de acciones debe ser corto y veloz, no requiriendo muchas etapas o mucho tiempo por parte del usuario, mas sin embargo entregando los resultados esperados.
  • Sin requisición de memoria - El usuario no debe necesitar de su capacidad de memorización. A pesar de haber dejado de utilizar la aplicación por un tiempo, es importante que logre llevar a cabo las tareas que requiere sin mayor problema o consulta adicional.
  • Índice de error - La aplicación debe estar preparada para recuperarse en caso de errores, generar la menor cantidad posible de los mismos y ofrecer alternativas de corrección para el usuario en caso de que se presenten.
  • Experiencia satisfactoria - El usuario debe sentirse victorioso tras haber llevado a cabo una tarea con la ayuda de la aplicación, es decir, debe sentir la satisfacción de haber logrado la meta que se proponía.

En artículos posteriores se tratará el tema más a detalle, con las recomendaciones y los pasos a seguir en el proceso de crear interfaces efectivas para nuestras aplicaciones.

Bio

Pamela Rodríguez Domínguez es egresada de la Universidad de Monterrey de la carrera de Ingeniería en Sistemas Computacionales con estudios avanzados en diseño web. Actualmente es Diseñadora de Interfaces para Aplicaciones Móviles en Naranya AppHouse, docente, conferencista y autora de artículos relacionados. @thepam http://thepam.blogspot.com