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En esta edición de SG hemos platicado ampliamente sobre certificaciones profesionales. Este es un tema que tiende a generar polaridad, con algunos fuertemente a favor y otros fuertemente en contra. Por ser del interés de la industria, la mayoría de los artículos publicados en estas páginas promueven las certificaciones como algo positivo. Sin embargo, estamos conscientes de que también hay muchas personas que ven a las certificaciones como algo negativo. A continuación comparto mi análisis personal sobre el valor y limitaciones de las certificaciones profesionales.
La necesidad
Para explicar mi percepción sobre las certificaciones, primero les platicaré sobre cómo escojo una botella de vino. Sé que esto parece no estar relacionado, pero pido su paciencia.
Personalmente, aunque disfruto tomar una copa de vino de vez en cuando, la verdad es que conozco muy poco sobre la calidad de los vinos; es decir, conozco algunas cosas básicas sobre los tipos de uvas y sus sabores, pero no sabría decir si cierta región produce mejores vinos que tal otra, y mucho menos si cierto año fue bueno o no. Adicionalmente, no me gusta estar tomando siempre el mismo vino, me gusta experimentar. Esto presenta un reto cada que compro una botella de vino: ¿Cómo puedo maximizar la probabilidad de escoger una botella que me guste? No soy un experto en el tema que pueda identificar un buen vino simplemente viendo de qué región y año es. Tampoco es posible estar abriendo y probando todas las botellas para ver cual me gusta. Es así que mi proceso de decisión típicamente consiste en: 1) Elegir el rango de precio que estoy dispuesto a pagar, y 2) Seleccionar alguno de los vinos en ese rango que tenga algún comentario especial de parte de un tercero, tal como “Selección de nuestro catador”, o “Vino del mes por la revista X”.
Un proceso similar es el que deben realizar los reclutadores de TI: necesitan reclutar profesionistas en temas altamente especializados, sin ser ellos expertos en dichos temas. No pueden entrevistar a todos los candidatos posibles porque no sería práctico. A partir de cientos, o miles de candidatos, deben generar una “lista corta” de candidatos con mayores probabilidades de cumplir las expectativas del cliente (ya sea interno o externo). Así que recurren a la validación de un tercero, es decir una certificación.
Entonces, creo que debemos reconocer que si las certificaciones profesionales existen y son usadas, es porque resuelven una necesidad. La necesidad es darle a los reclutadores un mecanismo para conocer de manera rápida y comparable el nivel de conocimientos de una persona en cierto dominio.
Es cierto que un profesionista experimentado puede reconocer a otros profesionistas talentosos rápidamente, tan solo platicando con éste unos minutos o simplemente leyendo algunas de las entradas en su blog. El problema con este mecanismo de detección es que los profesionistas talentosos normalmente están construyendo software, y no sería práctico que fueran ellos quienes se dediquen a detectar candidatos para reclutar —sí está bien, y de hecho es deseable que los desarrolladores experimentados se involucren en las etapas finales de entrevista a candidatos, pero no que sean ellos quienes identifiquen candidatos de entre cientos de currículums. Se requiere que los reclutadores y personal de RH puedan realizar por lo menos un primer nivel de filtrado, y las certificaciones los ayudan a hacer esto.
Limitaciones
Habiendo dicho que las certificaciones profesionales tienen su utilidad, también debemos reconocer que tienen varias limitantes. Aquí algunas de ellas:
- No todas las personas tienen acceso a certificaciones, debido al costo que involucran (aunque al menos en México esto es mitigado en cierto grado con programas como Mexico FIRST).
- A pesar de que parezca haber una gran variedad, la realidad es que solo existen programas de certificación para un conjunto reducido de tecnologías/especialidades. Por ejemplo, a pesar de su popularidad, al dia de hoy no existe un programa oficial de certificación para desarrollo en iOS.
- El nivel de rigor entre programas de certificación varía. Por un lado tenemos programas como el de Scrum Master (que hasta hace poco consistía en tomar un curso de 2 días y con eso estabas certificado) y por otro programas como el de PMP que involucran comprobar experiencia previa, capacitación, pasar un examen y luego realizar actividades de aprendizaje de manera continua para mantener tu estatus.
Por otro lado, también debemos reconocer que así como habrá vinos muy buenos de los que tal vez no nos enteremos porque no quisieron entrar al programa de recomendaciones, va a haber muy buenos profesionistas que no están certificados. De hecho, los mejores desarrolladores de software raramente están certificados, simplemente porque no lo necesitan.
Conclusión
En esencia las certificaciones son tan solo un mecanismo para que las personas que carecen de reputación o experiencia comprobable, puedan demostrar un nivel de conocimiento básico en cierta área.
En sí, las certificaciones profesionales no son algo negativo, el error ha sido pretender que sean una medida absoluta e inequívoca sobre la capacidad de un profesionista.
Pedro Galván (@pedrogk) es cofundador y editor de SG Software Guru.
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