Capital de Riesgo en México

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Es un momento emocionante para ser un empresario de Internet en México. Las narcoguerras parecen estar enfriándose; los indicadores macroeconómicos de México se ven bien; y si hemos de creer a la prensa mundial, México se prepara para un período de crecimiento estable y agresivo. Esta es la oportunidad dorada de México para posicionarse como un motor para la innovación tecnológica. Hay mucho en juego y hay un montón de maneras de meter la pata; pero si se maneja bien, las empresas respaldadas por capital de riesgo podrían mejorar la economía mexicana dramáticamente —a un nivel más próspero globalmente y con el control en las manos de la clase media emergente.

Sin embargo, México tiene un largo camino por recorrer. Si comparamos el sector de capital de riesgo (VC) en México con el de EE.UU., las diferencias son impresionantes. EE.UU. cuenta con 923 empresas de capital de riesgo registradas, que en el año 2012 realizaron 3,752 inversiones por un total de 29 mil 100 millones de dólares. Por su parte, en México existen 14 organizaciones de este tipo, que en el 2012 realizaron 19 inversiones por 200 millones de dólares.

Así que México está empezando desde abajo, muy abajo. Paradójicamente, esto puede funcionar a su favor. Sabemos que México sigue fiel y rápidamente las tendencias de negocios y cultura que se establecen en San Francisco y EE.UU. Al revisar las tendencias de crecimiento año tras año aquí (la penetración de Internet, el crecimiento de smartphones, el uso de los redes sociales, etc.), los números están por las nubes. Cuando miramos a México desde el punto de vista del entorno de capital de riesgo en el Silicon Valley, México representa una oportunidad que parece casi demasiado buena para ser verdad. En Silicon Valley, las valoraciones de las startups están por las nubes; es un caso de demasiado dinero disponible, persiguiendo a empresas con ideas de calidad inferior; los empresarios se esfuerzan por crear nuevas necesidades a satisfacer ya que todas las necesidades obvias están cubiertas. Mientras tanto, en México, existen necesidades reales por todo el país. Muchos de los servicios en línea, como el e-commerce, publicidad, sitios de opinión (ej. yelp.com) todavía no son tan populares aquí. ¡Las oportunidades abundan!

Hasta ahora, México parece estar intentando importar directamente el modelo de riesgo de EE.UU. tal como existe hoy en día en San Francisco, pero, ¿funciona esto? ¿Podemos saltarnos 40 años de historia tecnológica y empezar a la par? Difícilmente. Nos hacen falta elementos fundamentales como: contratos, instrumentos financieros, infraestructura técnica y, sobre todo, la experiencia compartida. El concepto mismo de inversión de capital de riesgo parece fuera de lugar aquí.

Por un lado, tenemos a inversionistas que no están acostumbrados a hacer inversión de riesgo en empresas de base tecnológica. Ellos piensan: "¿Por qué debo invertir en este chico de 27 años que no conozco, para construir una aplicación web que no entiendo? Además, ni el niño ni el modelo de negocio tienen un historial de éxito aquí. Y sin un mercado público con bastante dinero ni empresas de tecnología para comprarlos, no hay ningún camino claramente definido para un éxito financiero. ¡¿Están locos?!”

Por su parte, los emprendedores estarán pensando cosas como: "¿Qué se supone que debo hacer? ¿Qué indicadores son importantes? ¿Cómo es el proceso de financiación? ¿Qué es la deuda convertible? ¿Qué condiciones debo aceptar? Qué preferencias de liquidación debo elegir? ¡Ayuda! "

El resultado es obvio. Todo el mundo quiere ser un inversionista o emprendedor —porque está de moda y hay la promesa de dinero— pero nadie sabe realmente cómo empezar. Así que cada lado, inversionista y empresario, se rodean uno al otro, una y otra vez. Hay reuniones, conversaciones, más reuniones, llamadas, y luego... nada. Mucho hablar pero muy poca acción. Entonces, ¿cómo salimos de este ciclo? He aquí una idea … empecemos. Dejemos de hablar y empecemos a programar.

A los emprendedores: ¿Tienes una gran idea? Qué bueno, pero te informo que las ideas prácticamente no valen nada. La ejecución es todo; sobre todo aquí y ahora. Pero no te desanimes, hay buenas noticias: no necesitas el permiso ni el financiamiento para empezar. Sólo tienes que decidir lo que quieres hacer, enfócate en el componente más crítico y central de tu modelo de negocio y ejecuta. Dedica algunos fines de semana y algunas noches para construirlo y lanzarlo. Decide cuáles son las métricas más importantes —las que te indicarán si tu idea funciona o no— y dales seguimiento.

A los inversionistas: Invierte basándote en la tracción. Reúnete con los emprendedores lo antes posible y ayúdalos a determinar qué métricas significarían un éxito y luego ayúdales a llegar allí. Negocía los términos antes de participar, por ejemplo: "Si se pueden atraer un número X de clientes o Y de pesos dentro del plazo Z, invertiremos A pesos a una valoración B en días C". Mantén un espacio de tiempo breve (2-3 meses) y posiciónate como inversionista semilla al mostrar que puedes agregar valor a emprendimientos en sus primeras etapas.

Imaginemos el siguiente escenario: un emprendedor y su equipo se reúnen con un inversionista y describen lo que quieren hacer. Juntos trazan sus metas para los siguientes 90 días (50 clientes nuevos y 1000 pesos semanales). El inversionista está de acuerdo que si alcanzan sus objetivos, invertirá $500 mil pesos por el 20% de la compañía dentro de los 14 días siguientes a haber logrado sus metas. Ahora sí no hay excusas, ambas partes se suben las mangas y se ponen a trabajar. Al final de los 90 días, ambos lados saben si la idea es factible y tienen una muy buena idea si la otra parte es competente y si disfrutan trabajando juntos.

Conclusión

Al financiar sólo después de que los objetivos pragmáticos compartidos se consiguen, se elimina una parte significativa del riesgo, es un trato más fácil de hacer. El emprendedor sabe cuáles son los objetivos y, por tanto, qué hacer, mientras que el inversionista tiene una comprensión clara de lo que él/ella está invirtiendo.

Los puntos principales de este artículo están disponibles como una presentación que puedes consultar en http://bit.ly/agavelab

Bio
Andy Kieffer es fundador de Agave Lab, una aceleradora de productos ubicada en Guadalajara y San Francisco. Antes de mudarse a México en 2008, estuvo a cargo de Dev Bus para un arranque en red Kleiner Perkins, la red social (Visible Path) y ayudó a crecer una startup de 10 personas a +1000 empleados y varios miles de millones de dólares de valor de mercado (Kana).