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En el Internet de las Cosas, los objetos cotidianos son parte de una red que envía y recibe datos de otras “cosas”. Para los consumidores esto significa capacidades como poder ajustar el termostato de su hogar desde el otro lado del mundo. Pero para las empresas, el puede representar nuevas oportunidades para conectarse con sus clientes y socios, así como reunir, almacenar y analizar grandes volúmenes de datos. La gama de posibilidades que el IoT ofrece va en aumento y ahora las empresas de todo el mundo comienzan a andar los caminos destinados a aprovecharlo. Su impacto, sin duda, revolucionará la manera en que las empresas están haciendo negocio y elevará la productividad y eficiencia, similar a lo que sucedió con la llegada de las computadoras.
En su reporte TechRadar, Forrester revela que 23% de las empresas ya utilizan el IoT, mientras que 29% planean hacerlo en los próximos 12 meses. Aprovechan el IoT para transformar sus modelos de negocio, optimizar la utilización de activos físicos y financieros, y crear nuevas formas de relacionarse con sus clientes. De igual modo, Forrester prevé que el IoT creará grandes volúmenes de datos, por lo que la analítica de IoT se convertirá en una categoría y disciplina especializada. Por su parte, Gartner calcula que para cuando finalice 2016 el gasto en servicios de IoT alcanzará los $235 mil millones de dólares, y que más de la mitad de los nuevos procesos de negocio y sistemas incorporarán algún elemento del IoT para el año 2020.
Mientras los teléfonos móviles, los smart TVs, electrodomésticos y autos inteligentes pueden seguir captando la imaginación de los consumidores, es posible ver que hay mucho que ganar con las implementaciones empresariales. A diferencia de los sensores integrados en los dispositivos de consumo, aquellos integrados en maquinaria, contenedores, trenes, plantas de producción o puntos de venta, por ejemplo, están generando la información para crear aplicaciones en logística, redes inteligentes, servicios públicos, transportación, manufactura y retail.
Pero más allá de los sensores y dispositivos, el valor real del IoT es determinado por los datos y las nuevas aplicaciones que los aprovechan. La inteligencia de estos datos está dando paso a nuevos modelos de negocio y aplicaciones que nunca habían existido antes y que abren la puerta a la transformación digital.
Los alcances del IoT Empresarial
A continuación listo algunos ejemplos de aplicaciones empresariales:
Manufactura inteligente. El servicio o función de una máquina o una parte de ella pueden mejorar antes de que se presente una falla, eliminando así los costosos tiempos de inactividad y eventualidades no previstas.
Cadenas inteligentes de suministro. Proporcionando información en tiempo real de la oferta, demanda y envíos a los clientes. Las entregas pueden ser rastreadas y recuperadas si son extraviadas o robadas.
Infraestructuras inteligentes. Las oficinas inteligentes contribuyen a generar ahorros de energía, mejorar la autosustentabilidad y potenciar la colaboración entre los empleados.
Decisiones en fracción de segundos
¿En qué radica la diferencia entre el IoT de consumo y el empresarial? Los casos de uso de IoT de consumo se crearon sobre una arquitectura en la que el dispositivo se conecta a internet aprovechando la red WiFi del hogar, o puenteando por medio de un teléfono móvil.
En este modelo, el dispositivo transmite todos los datos a un centro de datos en la nube, donde se realiza el análisis y, si se requiere una acción, se envía el mensaje correspondiente al dispositivo para que dispare la acción necesaria. Fundamentalmente, esta arquitectura funciona en este modelo por dos razones: la disponibilidad del ancho de banda y a que no hay que tomar decisiones rápidamente.
En una aplicación de consumo en la que el dispositivo se conecta a la nube por medio del WiFi del hogar, el uso de ancho de banda no tiene un costo adicional para el cliente, ya que típicamente son planes con transferencias de datos ilimitadas. Sin embargo, las conexiones en las empresas tienen más restricciones y cada byte cuenta. De hecho, reducir un solo byte de un mensaje puede ahorrarle a la empresa millones de dólares en costos de transmisión en los casos de uso del IoT industriales. Por lo tanto, se ha vuelto crucial para las arquitecturas de IoT considerar el ancho de banda en sus diseños.
En segundo lugar, para los consumidores típicamente no es crítica la cantidad de tiempo que se necesita para tomar decisiones. En contraste, en un entorno empresarial de misión crítica, las decisiones se miden en fracciones de segundo. Por ejemplo, si el sensor de bajo voltaje de una red eléctrica esperara tres minutos para liberar capacidad adicional cuando el voltaje comienza a disminuir, todas las redes podrían colapsar y perderse miles de millones de dólares en equipo.
De ahí que las empresas deban ser lo más ágiles posible y reaccionar de inmediato a la información que están recabando en tiempo real. Gartner habla del TI Bimodal, en donde las empresas por un lado tienen sistemas de cómputo tradicionales de alto rendimiento (modo 1), y por otro lado aplicaciones escalables y datos en la nube que requieren de agilidad para adaptarse a un mundo cambiante (modo 2). Típicamente el código abierto contribuye con éste último modo, ayudando a las empresas a innovar, ser más productivas y adoptar nuevas tendencias como la nube, la virtualización y el Internet de las Cosas, al tiempo de ahorrar costos y mejorar la seguridad.
Estas consideraciones nos permiten ver que una arquitectura de dos niveles es muy lenta para los datos importantes, y demasiado costosa para los que no lo son. En el plano empresarial surge una arquitectura de tres niveles creada alrededor de una nueva capa media (o el controlador). Estos controladores son lo suficientemente inteligentes para actuar rápidamente, al tiempo de enviar de vuelta únicamente los datos importantes el centro de datos. Este concepto, conocido como de Near Field Processing, permite que las decisiones se tomen más rápidamente y requiere que una menor cantidad de datos viaje hasta el centro de datos. Actuar ágilmente al final reduce los costos de transmisión y el tiempo para tomar decisiones, lo que le permite hacer del Internet de las Cosas una realidad para la empresa.
En el pasado, solo las compañías con más presupuesto podían beneficiarse de reunir datos de los dispositivos distribuidos para tomar mejores decisiones y obtener valor adicional. Hoy, las economías de la arquitectura de IoT: el hardware, la naturaleza ubicua de la conectividad, el big data y las soluciones de software empresarial en todas las capas, acompañan a la experiencia del usuario para ampliar el IoT, y lo hacen posible para que las empresas, no solo los consumidores, se beneficien.
Jorge Alvarado es Jefe de Arquitectura en Red Hat México.
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