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Actualmente, cuando hablamos del internet de las cosas ya no se trata de hablar de comunicación entre computadoras, eso solo es parte de redes internas y externas. El internet de las cosas tiene una palabra clave: things, que básicamente describe las “trillones de cosas” que no tienen relación con una computadora como tal, pero que emiten datos e información relevante.
Bajo esta perspectiva, resulta indispensable tomar en cuenta la evolución de la información que ahora es posible obtener vía sensores, provenientes por ejemplo de equipos electrónicos.
En la actualidad, una empresa de retail puede calcular la reposición de sus inventarios, así como distribuir sus productos de acuerdo a un detector ubicado dentro de los refrigeradores de los consumidores. Basta con solo abrir la puerta del refrigerador y sacar un determinado producto, para que esto pueda ser identificado por los sensores como un “faltante” para que así esos datos se envíen de manera inmediata al proveedor, garantizando la venta de dichos productos en tiempo y forma, de acuerdo a los patrones de compra específicos de los consumidores y asegurando, incluso, el envío a la puerta del hogar… ¡Fascinante! ¿No?
Dentro de estas “things”, podemos mencionar a los equipos, máquinas y dispositivos que se utilizan dentro de las diferentes industrias tales como los sistemas de medición de temperatura, irrigación, emisión y/o consumo de combustible, señalización o bien, equipos de salud, tanto de uso personal, como equipos más sofisticados, entre muchos otros.
Sin embargo, para no ahogarse con la gran ola de información, el salvavidas vendrá marcado por los datos que resulten realmente valiosos, filtrados y maniobrados vía herramientas de analítica avanzada así como con arquitecturas que la soporten.
Esta oportunidad de facilitar la información en tiempo y forma así como la flexibilidad para crear modelos de predicción, asociación y clasificación, sin duda alguna está contribuyendo al nuevo éxito de las compañías.
Por ejemplo, hoy en día, el monitoreo de fletes vía sensores ya no solo otorga información sobre el seguimiento del paquete, sino que también puede monitorear las condiciones del transporte a través del trayecto, ¿cuánta humedad había en el contenedor?, ¿el paquete fue abierto o inspeccionado? Con las respuestas a la variedad de preguntas, se tendrá un control preciso de los productos durante el trayecto, con lo que las compañías aseguradoras podrán crear nuevos modelos de aseguramiento y también contar con el detalle de las características del siniestro ocurrido, evaluando el pago de una póliza. Por su parte, el área de logística utilizará esta información para mejorar sus operaciones. Es simple, ahora podemos saber cuándo, dónde y cómo se realizó un determinado evento.
De acuerdo con datos de Gartner, para el año 2020 se calcula que el valor de la economía dentro del IoT sea de 1.9 trillones de dólares, derivada básicamente por las nuevas ofertas dirigidas a un usuario final tales como smart watches, wireless lighting entre otros, así como las orientadas a la operación y automatización de sistemas dentro de una manufacturera, en donde el mayor impacto se verá hasta dentro de algunos años.
La oportunidad para generar nuevas fuentes de ingresos, ventas y reducción de costos, entre otros problemas de negocio, resulta ser sumamente sencilla y simple, incorporando el salvavidas idóneo que sepa sacar provecho de las “cosas” que la evolución de la tecnología nos brinda.
Esteban Montelongo es Arquitecto de soluciones para analítica avanzada en Teradata.
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