La Historia de Sun Microsystems

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La versión original de este artículo fue publicada en dos partes en la lista de correos semanal “Bonilista”, a la que te recomendamos te inscribas. Los originales están disponibles en http://eepurl.com/diV341 y http://eepurl.com/djEeTn . La versión presentada aquí fue editada por SG con permiso del autor.

Parte 1. The Network is the Computer

[19 de septiembre de 2010. JavaOne Conference. San Francisco.]

Next slide, please”. Mientras contemplaba a Larry Ellison gustarse en el escenario del Moscone Center, no podía evitar tener la sensación de ser testigo del fin de una época.

Hace apenas un año en ese mismo lugar, James Gosling, el “padre de Java”, lanzaba camisetas al enfervorecido público. Ahora, el CEO de Oracle —un tipo que prefería que un esbirro le pasara las diapositivas antes que hacerlo él mismo— nos hablaba del futuro de nuestro lenguaje de programación favorito con la misma pasión que un lenguado. Sun Microsystems había muerto. “Next slide, please”.

Sun ha sido una de las pocas compañías que realmente ha transformado la industria del software. Una revolución que sólo fue posible gracias a la osadía cercana a la locura de algunos de sus técnicos. Esta es su historia.

En 1982, Andy Bechtolsheim, William Joy, Vinod Khosla y Scott McNealy fundaron Sun con el objetivo de construir “estaciones de trabajo”, es decir ordenadores personales de alto rendimiento y precio comedido, gestionadas con UNIX. El plan de negocios original [1] escrito por Khosla, primer CEO de la compañía, sigue siendo una joya.

En 1984, Khosla dejó la compañía para convertirse en inversionista de capital riesgo. McNealy toma el relevo. John Gage —el quinto empleado de Sun— acuña la frase “Network is the computer” que se convierte en un mantra de la empresa, 25 años antes de que se empiece a hablar siquiera del concepto de cloud.

En 1986 la compañía salió a bolsa con éxito y se extiende por Europa, Asia y Oceanía. Ese mismo año cierra un acuerdo con la Agencia Nacional de Seguridad para venderle equipos por valor de 500 millones de dólares.

En 1989 lanzan la Sun SparcStation 1, la primera estación de trabajo basada en procesadores con arquitectura SPARC —una especificación que ellos mismos desarrollaron y que, al contrario de la arquitectura x86, era completamente abierta y cualquier fabricante podía implementar, pero eso sólo fue posible gracias a que… Bechtolsheim se rebeló.

Bechtolsheim pensaba que los procesadores SPARC eran perfectos para usarse en estaciones de trabajo de gama media, pero esta idea no tuvo eco en la compañía. Bechtolshein abandonó la compañía que él mismo había fundado para crear su propia startup y hacer realidad esta idea. El inversionista detrás de esta nueva empresa fue justamente Vinod Khosla, cofundador y antiguo CEO de Sun.

Khosla y Bechtolsheim no querían dañar a Sun, sino salvarla de sí misma. Reconocieron que básicamente estaban copiando su tecnología y avisaron a su Consejo que lo harían con o sin su consentimiento, pero también que les permitirían comprar la nueva compañía al costo, por la misma cantidad que habían invertido en ella. Sun compró la startup y Bechtolsheim volvió a casa por la puerta grande. El resultado de esta telenovela fue la Sun SparcStation 1, que fue la estación de trabajo más vendida de la historia de Sun.

En 1990, Patrick Naughton —un ingeniero de 25 años que apenas llevaba 3 años en la compañía— decide aceptar una oferta de NeXT —la nueva startup de Steve Jobs— frustrado por los politiqueos y complejos procesos propios de una empresa cotizada en bolsa, que habían transformado a Sun en un dinosaurio.

Naughton solía jugar al hockey con Scott McNealy y otros empleados, así que un día  mientras tomaban unas cervezas, decidió comunicarle personalmente a McNealy su decisión. McNealy le pidió un insólito favor, que escribiera un correo con todos los problemas con los que se había encontrado y cómo los solucionaría si pudiera hacer lo que quisiera. Naughton invirtió varias horas en escribir un largo y brutalmente sincero email que envió a la mañana siguiente.

La respuesta de McNealy sólo contenía 7 palabras: “Espera. Me voy a ocupar de esto”, y reenvió el correo a los principales ejecutivos de la compañía que a su vez lo hicieron llegar a los distintos gerentes. La respuesta general fue un “es exactamente lo que pensaba, pero no sabía cómo decirlo”. En Sun acababa de desatarse una tormenta.

Una de las sugerencias de Naughton fue crear un entorno de desarrollo sencillo, que simplificara trabajar con los 108 stacks tecnológicos que coexistían en Sun. Algunos ejecutivos invitaron al joven ingeniero a cenar en un restaurante de Palo Alto, para que les explicara cómo pretendía hacer realidad su idea. Este escribió en la parte trasera de un mantel de papel sus principales demandas: lo desarrollaría un equipo pequeño —tanto como para poder reunirse alrededor de la mesa de un restaurante—, trabajarían en una ubicación física externa, y el objetivo del proyecto sería secreto y sólo lo conocerían algunos altos ejecutivos, los diseños de hardware y software no tendrían que ser retrocompatibles con ninguno de los productos de la compañía y, por último, contarían con un presupuesto de un millón de dólares para gastar el primer año. Sorprendentemente, Sun accedió a las demandas de Naughton y, en 1991, el equipo que había formado junto a James Gosling y Mike Sheridan se mudó a una pequeña oficina encima de una sucursal de Bank of America en Sand Hill Road. Lo primero que hicieron fue desconectarse de la Intranet de Sun. Para bien o para mal, estaban sólos.

El proyecto pasó por muchas vicisitudes, incluyendo la marcha de Naughton en 1994, pero finalmente la primera implementación pública de Java vio la luz en 1995, prometiendo que su código podría ejecutarse en cualquier lado (Write Once, Run Anywhere).

Java alcanzó rápidamente una gran popularidad y se convirtió en el “lenguaje para programación de la Web”, iniciando la época dorada de Sun y, también, provocando su caída …

Parte 2. Write Once. Run Everywhere

El lanzamiento de Java convirtió de sopetón a Sun, una empresa de hardware, en un actor principal de la industria del software.

En 1996, Scott McNealy se convence de que Sun debe competir de tú a tú con Microsoft y eso requiere que cuenten con su propio Office. Por eso compran Lighthouse Design, compañía que desarrollaba una suite ofimática para ordenadores NeXT, fundada entre otros por Jonathan Schwartz.

Schwartz es uno de los pocos altos directivos de la compañía con experiencia en software y por eso, en 1997, es nombrado Responsable de Marketing de Producto de Java. Él aún no lo sabía, pero se acababa de subir a un cohete. Java era considerado “el lenguaje de programación de la Web”, y en 1997 la burbuja punto com [1] estaba a punto de entrar en ebullición.

Durante la época de vacas gordas, Sun se hincha a vender hierro, pero aunque su arquitectura SPARC/Solaris es mucho más rápida y estable que la de los sistemas Wintel, también es mucho más costosa y complicada de mantener, por lo que la industria está pivotando hacia servidores con chips x86. Para intentar no perder ese tren, Sun compra Cobalt, un fabricante de servidores gestionados con Linux, por 2 mil millones de dólares, en septiembre de 2000. A finales de ese mismo año, la burbuja empieza a desinflarse y, a principios de 2001, estalla por completo. Sun, que había venido viviendo “la vida loca”, entra en caída libre.

En el año 2000 Sun había obtenido ganancias netas por 1,850 millones de dólares. Al año siguiente bajaron a 927 millones y en 2002 ya eran pérdidas por 628 millones. En 2003 los números rojos llegan a 2,400 millones de dólares.

Lo único que sigue creciendo es Java, así que McNealy asume que el futuro de Sun pasa por el software y los servicios. Se hace a un lado y da paso al hombre que ha ido ascendiendo por la escalera corporativa hasta convertirse en COO de la misma. En 2006, Jonathan Schwartz es nombrado CEO.

La primera gran apuesta de Schwartz es abrazar decididamente el open source. En noviembre, apenas seis meses después de su nombramiento, Sun libera todo el código de Java, que adopta la licencia GPLv2. Pero la apertura de Schwartz va más allá del código. Publica frecuentemente anuncios y datos relevantes en su blog corporativo y anima a los empleados a hacer lo mismo.

Desgraciadamente, en una época donde las grandes compañías estaban más acostumbradas a pagar por licencias que por servicios, que la plataforma de programación más popular de la industria sea open source no ayuda a generar ingresos. Strike uno.

A pesar de todo, en 2007 la compañía presenta utilidad positiva. Pero a finales de año, estalla la crisis hipotecaria que deja en graves condiciones al sector financiero, que representaba un tercio de los ingresos de Sun. Strike dos.

En 2008 Sun adquiere MySQL, pagando 1,000 millones de dólares por una empresa que apenas vende 75 millones al año. Es la enésima compra que sale mal y no consigue relanzar las ventas de una compañía con telarañas en la tesorería. Strike tres, ponchado.

En 2009, Oracle anuncia que ha llegado a un acuerdo para comprar Sun por 7 mil 400 millones de dólares. Para entender la dimensión del desastre, sólo hay que recordar que hacía menos de diez años el valor de la compañía en el mercado bursátil había superado los 200 mil millones de dólares.

Larry Ellison, fundador y CEO de Oracle, fue muy duro con Schwartz y su gestión. En una entrevista afirmó que “los equipos de ingeniería son buenísimos, pero la Dirección era  sorprendentemente mala” y, hasta cierto punto, tenía razón. Por ejemplo, en Sun los vendedores obtenían su comisión en base a la facturación, independientemente de si la venta dejaba ganancia o pérdida. Sun llegó a perder un millón de dólares en una sola venta.

Pero la inquina de Ellison contra Schwarz iba más allá de los simples números. El antiguo CEO de Sun representaba todo lo que Larry odiaba. Frente a la opacidad de Oracle, Sun proponía transparencia. Frente a una organización que se cuadraba ante los vendedores en Porsche y traje a medida, otra donde los ingenieros eran los reyes. Frente a un negocio basado en el vendor lock-in, otro basado en la libertad y la venta de servicios.

Schwartz y Sun nos dejaron algo más que un simple blog. Nos dieron el primer stack tecnológico completo –desde el silicio al usuario final- completamente abierto y enterprise-ready. Podías programar tus aplicaciones Java con un IDE como NetBeans, usando MySQL como base de datos, y ejecutar las mismas en un sistema SPARC gestionado por OpenSolaris, sin pagar una sola licencia y disponiendo del código fuente de todos ellos. Esta es una revolución que la compra de Oracle no pudo parar. Una revolución en la que Sun, con sus miserias y sus grandezas, se acabó inmolando al mismo tiempo que transformaba la industria para siempre. Su apuesta por el open source ayudó a cambiar el centro de gravedad del desarrollo de software. Al contrario de lo que muchos creen, Sun no dio herramientas a los programadores sino algo mucho más importante. Les dio poder. Ese es su legado.

Referencias

[1] http://swgu.ru/vg

[2] https://en.wikipedia.org/wiki/Dot-com_bubble

Bio

David Bonilla es CEO en Comalatech y autor de la “bonilista”, una lista de correo con artículos para profesionistas de software.