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Las tendencias tecnológicas son el titular principal de nuestro día a día, no ha sido suficiente que los sistemas hayan invadido las industrias de todos los sectores con soluciones para agilizar sus procesos operativos y de gestión; que los profesionales de todos los ámbitos tengan que interactuar con sistemas en su vida laboral y personal, desde hace un tiempo llegó el momento en el cual dispositivos de uso diario (en los automóviles, para el cuidado de la salud, para el hogar) también son protagonistas de esta “invasión” que sin duda, promete tener una envergadura mayor porque se trata de intervenir en la vida diaria de todos para seguir adaptándose al dinamismo reinante.
El Internet de las Cosas (IoT) supone la transformación del rol de Aseguramiento de Calidad (QA) porque involucra pruebas del hardware, software, la transmisión masiva de cantidades de información en tiempo real e incluso “signos de inteligencia” en los dispositivos dado que su enfoque es “no determinista” y que deben ser sometidos a pruebas en diferentes niveles y de diferentes tipos. Ahora bien, ¿estamos listos en QA?, ¿qué cambios requiere QA para incorporar en su portafolio de servicios las pruebas IoT?, ¿qué nuevas habilidades requiere un probador IoT?, ¿vamos en la dirección correcta?
Algunos de los retos a considerar en QA en aras de incorporar en un plazo razonable pruebas asociadas al IoT son:
- En cuanto a las necesidades del entorno no es suficiente un ambiente de pruebas, no solo deben contemplarse ambientes para las diferentes plataformas donde funcionan los sistemas sino en diferentes condiciones. Un caso extremo será por ejemplo probar el sistema a altas/bajas temperaturas. Es requerido incorporar laboratorios de prueba.
- En relación a la estrategia de QA toma importancia la ejecución de pruebas de interoperabilidad, rendimiento, mantenibilidad, seguridad (ataques de pruebas a dispositivos riesgosos, privacidad, autonomía y control), compatibilidad y usabilidad.
- Algunas de las herramientas de prueba que serán casi indispensables serían los simuladores, generadores de datos, virtualización, monitores, consolas y análisis estático en aras de garantizar la mantenibilidad del código que ahora debe estar optimizado en virtud a la característica de los dispositivos donde operará. Actividades que hoy en día hacemos manualmente ya no será una opción ante la cantidad de escenarios a probar.
- En particular sobre las pruebas de usabilidad, será importante cambiar de paradigma y pasar de validar requerimientos a asegurar la experiencia de usuario, ahora las acciones de usuario se amplían con la voz del usuario, su movimiento y su forma de tocar el dispositivo.
- Con el auge del IoT surge un híbrido entre un par de técnicas de diseño de casos de prueba (caja negra y blanca): las pruebas caja gris que consideran que para diseñar es necesario entender la arquitectura orientada a eventos, hardware, protocolos de conectividad, etc., además de los requisitos del cliente.
- Algunos de los nuevos conocimientos requeridos a los probadores para convertirlos en profesionales más integrales: ambientes embebidos, entender sobre el hardware, redes, etc.
- Continúa la premisa que no todas las pruebas serán automatizadas, será valioso llegar al balance de pruebas automáticas y manuales según se requiera.
Tendencias como los enfoques ágiles, donde el probador pasa de ser actor de reparto a protagonista del ciclo de vida de desarrollo de software y a involucrarse con todas las actividades así como las habilidades del cliente y programadores, nos llevan hacia la dirección correcta en torno al IoT, si bien en algunos países de Latinoamérica parece estar lejos la llegada de IoT desde QA, deben replantearse visiones que hasta ahora habían funcionado: no es suficiente buscar un sistema que “funcione”, IoT requiere validaciones robustas en función de ratificar que la “experiencia de usuario” sea la esperada, debemos incorporar nuevas herramientas CAST como emuladores, generadores de datos y de virtualización. Se convierten en indispensables las pruebas de rendimiento, usabilidad, compatibilidad y seguridad, y definitivamente el probador debe involucrarse aún más con los procesos del negocio, conceptos de desarrollo, hardware, software, redes y protocolos de comunicación que le permita seguir detectando fallas en un entorno mucho más complejo e interrelacionado, porque IoT sugiere una visión 360 para QA, es el momento de trabajar en ello.
Roselyn C. Piñango Díaz es Ingeniero en Computación con especialización en Sistemas de Información. Gerente de QA Factory en Global R, Venezuela. Cuenta con 10 años de experiencia en desarrollo y pruebas de software; y certificaciones: OCE SQL, OCA PL/SQL Developer, CTFL ISTQB, ASE HP ALM v11, CAA SAPB1.
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